Capítulo 7: ¡MÁS COSAS DE CHIBIS! 2

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Lo escucho sin quitar su ceño fruncido, a media explicación rodo los ojos, soltando un suspiro para limpiar el piso y ordenar el lugar – ¡Para la otra que te pasen este tipo de cosas por andar de travieso... Yo soy quien te va a bañar, pero no dejare que uses tu jabón de rosas, si no que te bañare con el de Atsuya! – Le dio un vistazo de su enojo, al ser amenazado con el jabón de otra persona tembló, no es que fuera malo el champo del menor de los Fubuki, solamente que por obvias razones prefería el suyo, gastaba una buena cantidad de dinero en cuidar su cabello para que alguien más viniera a obligarle el uso de otro, no le parecía agradable – ¿De qué tiemblas ahora? – Esa pregunta no fue respondida, solo obtuvo una cortina cerrada por el rubio que se hizo bolita en alguna parte de la tina.

No iba a seguir sus juegos ni caprichos, así que siguió limpiando el desorden antes de salir a la recamara, donde se quitó la ropa sucia para ponerla en el cesto correspondiente, rápidamente se puso otra playera limpia y espero a su mini novio afuera del baño porque noto un pequeño gran detalle.

Adentro Afuro seguía hecho bolita, esperaba que su novio le regañara más, pero no paso, así que miró el cuarto de baño por completo cuando la puerta fue cerrada, como ya estaba solito otra vez siguió con su baño, solamente que ahora se estaba apurando para bajar a desayunar. Al terminar le quito el tapón a la tina, le gustaba ver como se iba el agua después de su baño – Un momento – Su ardilla empezaba a trabajar, pues no había nada, nada de nada, literalmente estaba desnudo sin tener a su lado – Mi toalla... Y mi ropa – Por lo menos tenía sus sandalias blancas para no caerse – Las deje en la cama – Ahora sentía nervios por no saber si estaba completamente solo en sus aposentos o no, todavía cepillo su cabello intentando quitar el exceso de agua para no mojar mucho la alfombra que rodeaba la cama, con más nervios abrió la puerta despacito y asomó su cabeza buscando al peli plata, al no verlo suspiro de alivio, pues ahora se sentía seguro, cuando...

Fuusuke desde antes de descubrir las fechorías inocentes de su pareja, miró como la ropa limpia de Terumi estaba en la cama, pero con su nuevo tamaño estaba seguro de que nada le quedaría, aun que le sorprendió ver su pijama tan pequeña como si se hubiese encogido con él rubio, opto por ser un buen novio así que busco las ombligueras más pequeñas que odiaba entre la ropa del capitán de Zeus, como pudo logro armar varios conjuntos que le quedarían grandes al otro, pero no tan grande como su ropa normal. Ahora se escondió detrás de la puerta, cuando él chibi estaba a punto de pisar la alfombra escurriendo de agua lo envolvió como gusano en una toalla – Ya te atrape – Por mero gusto espanto al mini dios quien al darse cuenta de donde estaba se quedó totalmente quieto, al tener su objetivo cumplido lo amarro para que no se saliera y lo dejo en la cama boca abajo – Donde te bajes, te muevas, mojes, o hagas algo no me hago responsable – Otra advertencia más, no era necesaria, pero necesitaba lavar los calzoncitos dorados que si se hicieron pequeños, así que entro al baño para lavarlos con eficacia, usando su poder de hielo le quito la humedad a la prenda, obteniendo ropita interior limpia para su doncel.

Mientras que lavaban sus prendas en verdad se quedó completamente estático, lo más feo que su pareja le hizo hacer como castigo, fue no darle sus galletas favoritas por un mes, y si alguien se las compraba de forma "Ilegal" Suzuno lo sabía, como lo sabía, quien sabe, pero se enteraba, haciendo más largo su castigo – Soy un taquito... Pero no me gusta ser un taquito en esta situación – Lloriqueo en voz baja por si el cruel hombre que tenía como compañero de pieza se aparecía.

– ¿Ahora si ya te comportas? – Y mágicamente se invocó al diablo de hielo, pues para la mala suerte de Afuro su novio apareció con su ropa interior limpia, lo volteo para verlo mejor, ahora ya lo desamarraban – No quiero escuchar nada, así que te callas y me dejas hacer algo, porque si hablas te voy a encerrar en una caja como lo hice la otra vez – Gruñó con molestia, un gesto tan típico de su persona. Sonrió de oreja a oreja cuando le hicieron caso – ¿Sabes cómo se hicieron chibis todos los pinches donceles de esta casa? – Preguntó mientras secaba su cabello con otra toalla, como pidió que no hablara solo le respondieron negando con la cabeza – Bien esto es un problema – Ese dato fue para su persona, cuando termino con la sedosa melena del intento fallido de dios, tomó todo el montón de ropa que había preparado y se la fue probando para ver cual le dejaba.

Al final termino vistiendo a Afuro con una ombliguera roja de perlitas blancas, que le quedaba como vestido, su calzoncito dorado que era el único que le quedaba, unas calcetas con pompones rosas a sus lados que normalmente eran pequeñas, pero ahora le daban hasta la rodilla y como no le quedo ninguno de sus shorts o pantalones, tuvo que masacrar una playera rosa del chibi para hacerle un pantaloncito quien estaba echo un mar de lágrimas por una de sus prenda favoritas – Ya cálmate solo fue una de tus mil playeras rosas, aparte no te dije que podrías hacer ruido todavía – Regaño para terminar de vestirlo, por obviar razones no tenía zapatos puesto, cuando por fin su obra final estaba lista le puso un moño blanco en la cabeza, así le regalo un besito en la frente para que ambos bajaran con los demás con la esperanza que ya hubiera paz.

– Gracias – Habló al devolverle el gesto al alienígena quien lo cargaba en sus brazos, Fuusuke solo sonrió sin decir nada iba a castigar a su novio después así que lo dejo ser.

En otra de las habitaciones de la planta alta, una pobre alma estaba tratando de perseguir y capturas a los últimos tres chibis que faltaban, serían dos contra cuatro, pero los dos extraterrestres con el mismo nombre habían regresado a la cocina porque en primera el chibi de cabellos rojos quería un poco de agua y el gran valiente personaje de cabellos grises huyo del relajo. Ahora un agotado tulipán deseaba irse a dormir otro rato o si no todo el día, lo que fuera mejor para él y su falta de paciencia.

¿Si se preguntan qué paso hace unos momentos? Fue que primero buscaron a los tres que de por si faltaban en sus respectivas habitaciones, solamente que los terminaron encontrando, brincando en la cama de la habitación del castaño de rastas aparte de estar haciendo una guerra de almohadas bien al estilo lucha libre, cuando les hablaron por la buena recibieron un almohadazo en la cara, otra cosa que hizo huir a Hiroto mayor para que Hiroto chiquito no se uniera al desastre.

Las Aventuras De Los Gemelos EndouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora