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— Dos semanas después...

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Se miraban con amor.

Si se pudiera describir la mirada de cada uno, sería así mismo. Llena de amor, pero también comprensión, entendimiento, sinceridad, amabilidad y cariño.
Ambos habían terminado la cena preparada por el mayor. Era comida italiana, la cual ambos adoraban. Ahora, se encontraban escuchando uno de los vinilos favoritos del rubio, mientras sostenían sus manos sobre la mesa. Jungkook pasaba el pulgar con lentitud de lado a lado y Jimin sentía como caricia pasaba desde su mano hasta su corazón.

— ¿Por qué me miras así? —preguntó Jungkook con una sonrisa muy peculiar. Una que no se había mostrado antes.

— ¿Así como?

— Como si no existiera algo mejor —rió nerviosamente el vampiro.

— Es que no lo existe, Koo... Tú eres lo mejor que tengo —se sinceró por completo tomando por sorpresa al pelinegro.

No se sabe quién es el más romántico; sin embargo, el rubio tenía sus trucos bajo la manga.

— Baila conmigo, Jungkook.

— H-Hyungie... Jamás he bailado...—el vampiro rascó su nuca con la mano libre y esquivó la mirada del contrario para no avergonzarse—. De seguro tengo dos pies izquierdos.

— Eso lo sabremos solo si... —Jimin se puso de pie y le estrechó la mano—. Bailas conmigo.

Jeon observó la palma del mayor por unos largos segundos dudando si debía ponerse de pie y pasar vergüenza, o... si tener la mejor noche de su vida con el vinilo favorito de la persona que amaba.

— Está sonando mi canción favorita, Koo... Vamos. Es una señal.

Jungkook asintió y se puso de pie sin hacer sonar la silla, tomó de la mano a Jimin quien le sonreía tiernamente. Por otro lado, Jimin le bajó las manos hacia su cintura mientras rodeaba los brazos alrededor de su cuello. Estaban muy cerca. Se podía sentir la respiración del otro, se podían sentir los latidos y los nervios corriendo por sus venas.

"Can we always be this close forever and ever?" se escuchaba de fondo.

— Sigue mis pasos, Koo —el rubio se movía de lado a lado y Jungkook hizo lo mismo sin quitarle la vista. Ambos se regalaron una tierna sonrisa seguida de un beso—. Mi buen chico.

Los minutos pasaban, la canción sonaba y la pareja bailaba en la sala de estar la canción favorita de Jimin. Los dos con ojos cerrados dejándose llevar. No los movía la música, ni mucho menos los pies. Los movía el amor que sentían. Éste era muy grande para que caiga en dos cuerpos.

"And you'll save all your dirtiest jokes for me... and at every table, I'll save you a seat, lover"

La canción aún no terminaba cuando Jimin levantó sus talones nuevamente y lo besó, pero esta vez fue mucho más desordenado, húmedo y desordenado que la primera vez. Jungkook entendió a donde quería llegar y le asintió sin decir nada.
Ambos de la mano se fueron a la habitación del mayor donde la ropa quedó en el olvido y los gemidos le hacían compañía a la música. No era sexo, no era algo como han sido las últimas veces.

Esta vez hicieron el amor, lento, lleno de lujuria, besos y sudor.

Hicieron el amor... como si fuera la última vez.

Little Fangs I - km au.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora