Little Fangs I - km au.

•18•

Jimin asintió mientras se acercaba para besarme, lentamente comenzó a bajar mi ropa interior hasta que ésta llegue un poco más arriba de mis rodillas. Me levanté para que sea más fácil para él y Jimin solo me sonrió.

— Buen chico.

— H-Hyungie...

—Hyungie se encargará de tí —al decir esto, pasó su lengua por toda la palma de su mano mientras no despegaba sus ojos de mí—. Espero que esto te guste, cariño.

Su mano viajó desde su boca hasta mi miembro para comenzar a acariciarlo con cuidado. Mis músculos de inmediato se tensaron y mis labios fueron mordidos con rapidez. No es que no me gustara, pero nadie me había tocado ahí.
Jimin comenzó a subir y a bajar con lentitud sin despegar su mirada de mí.

— Respira, Koo.

— Ngh...

— Hey, respira, ¿si? Relájate, estás muy tenso.

— ¿E-Es muy pequeño? —pregunté mirando la acción que hacía su mano, mi miembro aparecía y desaparecía de su mano. Era hipnotizante.

—¿Qué? —Jimin sonrió y mordió su labio aumentando un poco su movimiento—. ¿Estás loco? Eres grande...

Oh...

OH.

No se refería a mi estatura sino a mi...

Oh.

—¿Esto lo hiciste antes? —dijo acercándose a mi cuello para darle besos. Su labio inferior me rozaba la piel logrando que se eriza por completo—. ¿Mhmm?

—N-No —respondí a ojos cerrados—. O sea... solo s-sí... p-pero nadie me había.. Ah...

—Entiendo —sonrió nuevamente sin detener sus movimientos—. Estás muy callado, Koo.

Lo estaba. Es que no quería decirle que literal sentía que me iba a morir. ESPEREN, ¿y si me moría por estar muy excitado? Dios, no. No me puedo morir si aún no lo hago... Si aún... Ay, no.

—Déjate llevar —susurró antes de llevar mi lóbulo a su boca y morderlo. Yo bajé mi vista hacia su notable erección que chocaba contra sus boxers y con lentitud llevé mi mano hacia aquel lugar atesorado.

Jimin se dio cuenta de mi lenta acción y sonrió aumentando su ritmo.

—Tócame, no muerdo.

Pero yo sí.

Asentí y removí la tela que impedía que su miembro se libere. Mi mano estaba temblando, definitivamente mi pulso se alteró en el momento que Jimin comenzó a tocarme. Quiero hacerlo sentir bien, quiero lograr en él lo que está logrando en mí.

Pude notar que al liberarlo, pequeñas gotas preseminales en su cabeza y con la ayuda de ésta comencé a deslizar su mano de arriba hacia abajo. Mi muñeca se movía de la misma manera como cuando yo lo hacía conmigo mismo. Quise ser gentil y comenzar de a poco, pero él empezó a empujar levemente sus caderas hacia mí y me sentí intimidado.

En el buen sentido.

—Ah... buen chico.

Sonreí al oír lo que me dijo y al paso de los minutos aumenté mi ritmo. Lo único que se podía era los gemidos nuestros y como nuestras manos se deslizaban de arriba hacia abajo.
Jimin sostuvo el inicio de su camisa de dormir y la mordió fuerte al ver como mi ritmo llegó a su nivel máximo.
Yo quería gritar, pero eso sería mucho, ¿no? la cantidad de placer que estoy sintiendo es increíble, pero es raro, porque cuando yo lo hago conmigo mismo, no es lo mismo.