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Dazai entra a la oficina de Mori.

—Dazai— Dice el mayor, nada sorprendido de que un traidor esté en su oficina.

—Mori ¿Cómo diablos permitió esto?—

—¿De qué hablas?—

—Sabes de lo que hablo— Dazai golpea el escritorio con las palmas. —¿Sabes lo peligroso que es Fyodor?—

—Hasta donde comprendo Chuuya-kun es un adulto que puede tomar sus propias decisiones— Mori sonríe con cierta burla hacia Dazai —No tengo por qué meterme en sus decisiones personales—

—Ay por favor Mori, amas meterte en la vida de tus empleados—

—Dazai, esto se discutió con seriedad entre los ejecutivos— Mori suspira —Decidimos que lo mejor es que Chuuya-kun decidiera por su cuenta—

—¿Y qué hará si mata a Chuuya?—

—Chuuya es capaz de defenderse solo y además lleva una escolta—

—¿Quién?— Dazai exige —La única persona a la que le confirmaría la seguridad de Chuuya en esta organización es Akutagawa y me lo cruce en el pasillo—

—Q— Dice a Dazai —Y antes de que te quejes, él lo eligió—

—¿Por qué él haría eso?—

—No lo sé, pregúntale—

—¿Y por qué permitió eso?—

—Como dije, Chuuya-kun es un adulto que toma sus propias decisiones, si eligió a Q entonces debe tener una razón—

Dazai se aleja del escritorio y se va sin despedirse.

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—Me parece curioso que hayas elegido a un niño de 12 años como escolta— Comenta Fyodor mientras sigue a Chuuya por el Suribachi.

—Es porque no necesito una— Dice Chuuya como respuesta —Sé que no vas a matarme—

—¿Cómo estás tan seguro de que no lo haré?—

—No lo estoy— Chuuya acaricia el cabello de Q antes de hacerlo flotar hasta brazos de Yuan quien estaba a unos metros de distancia — Pero si lo intentaras te rompería en dos como una ramita, por lo tanto, no me matarás—

Chuuya escucha a Q quejarse mientras Yuan se lo lleva, se habían puesto de acuerdo para que Yuan lo cuidara un rato, Q no hará nada porque le quito su muñeca antes de hacerlo flotar.

—Pareces muy seguro de tus habilidades—

—Dazai lleva intentando matarme desde los 15 ¿Crees lograrlo?—

—Que lo digas así me hace pensar que crees que soy menos listo que Dazai—

—En lo que a mí respecta ambos son unos malditos imbéciles con el ego inflado—

—Eres realmente dulce—

—Si lo sé—

Chuuya entonces se detiene delante de un muro de unos 4 metros.

—Dame tu mano— Solicita Chuuya.

Fyodor lo mira con curiosidad, el pelirrojo solo extiende su mano hacía el ruso.

—¿Puedo preguntar para qué?—

—¿Sabes de otra forma de llegar a la cima?—

El estafador resultó estafadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora