Je'l aime

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PERSONAJE/S: Mana-sama.

BANDAS: Malice Mizer, Moi Dix Mois.

A PETICIÓN DE: aleks2907

N/A: Este OS ha sido un verdadero desafío, no fue fácil hacerlo, pero por fin pude terminarlo. Espero que lo disfrutes y me disculpo por la tardanza. Si hay algo que deba corregir, por favor háganmelo saber.


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Sonrió para sí misma al verse en el espejo del tocador, estaba más hermosa de lo que nunca imaginó que sería. Se aseguró de recordar agradecerle a los sirvientes Croix por el vestido negro acampanado con corsé azul oscuro y las botas con encajes, también a la muñeca viviente Princess por hacerle las mejores coletas con las que podía lucir sus bucles bien formados y el maquillaje que la dejó como una dama gótica, igual a todos en la gran mansión del noble hechicero Mana.

―¡El amo no se le resistirá, señorita Aleks! ―aplaudió Princess campante, mientras dejaba a un lado el pincel labial negro.

―Hiciste un gran trabajo. Gracias ―le agradeció ella, dándole una delicada palmada con su dedo índice en la pequeña cabeza de la muñeca, un gesto que le hizo reír y retorcerse por el cosquilleo que le produjo.

―Le diré a Mana-sama que ya está lista ―anunció la muñeca y, dando brincos, bajó del tocador para ir a la puerta de la alcoba, algo que le causó gracia a Aleks.

En cuanto se quedó sola, regresó a ver su reflejo; de repente un millar de lejanas reminiscencias pasaron por su mente. Hace diez años era una pobre huérfana que vivía escapando de los pueblerinos que la consideraban un ser de mal augurio, y de tanto huir acabó perdida en el bosque. Pudo haber muerto de hambre y de frío allí, en la soledad, o bien los coyotes pudieron aprovechar su estado débil para devorarla, sin embargo, tuvo la fortuna de que aquel misterioso hombre que pasaba con su calesa la encontró. No hubo palabras, ni gestos, él simplemente la cargó estilo nupcial y la llevó a su hogar donde ha estado viviendo desde entonces.

Mana, o Mana-sama, como lo llamaban sus sirvientes, era un hombre de familia noble cuya particularidad era que nunca jamás se le ha conocido su voz y que mantenía una cara seria o poco expresiva. Él era alguien que practicaba la alquimia, conjuros y un poco de magia vudú, con la cual creó a su muñeca viviente y trajo del limbo a ocho ángeles caídos para darles trabajo, creando a los sirvientes Croix.

Este hombre, hechicero o señor noble, permitió que Aleks se quede en su morada el tiempo que desease. Allí, la joven fue bien atendida, recibió comida y fue tratada con una amabilidad que nunca antes creyó que iba a experimentar, más que nada de parte de Mana, quien aunque no lo demostraba con palabras o expresiones, Aleks reconocía a través de sus acciones el afecto que le tenía. Con el paso de los años, ella ya no estaba segura si quería dejar atrás la cálida y opulenta vida en la gran mansión y el lazo irrompible que construyó con los residentes, especialmente con el silencioso hechicero.

―Señorita, el amo está esperándola ―Seth, uno de los sirvientes, la sacó de sus cavilaciones. Este aguardaba al otro lado de la puerta.

Ansiosa, nerviosa, pero emocionada por lo que podría llegar a encontrarse, Aleks se observó en el espejo una vez más, acarició sus coletas y fue con Seth a que la guíe escaleras abajo, donde el resto de los sirvientes la esperaban.

One-shots de J-Rock y Visual KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora