Una gota de color (Hyde, pt. 2)

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PROTAGONISTA/S: Hyde.

BANDA: L'arc~en~Ciel, Vamps, HYDE (solista)

PEDIDO POR: thalionwilwarin

ADVERTENCIAS: Ninguna.

NOTA DE AUTORA: Después de muchos retrasos por obligaciones, por fin logré terminar esta segunda parte. Espero les guste.

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Pasar mi eterna y agobiante vida en un lugar que solo traía tristeza era algo que después de un tiempo decidí abandonar y me dispuse a simplemente buscar a dónde pertenecer. Poco a poco la arena y la salinidad del mar desaparecieron en la distancia y el millar de sonidos de la urbanización hicieron acto de presencia. Miradas despectivas me perseguían y no era para menos; mis harapos y los vestigios de quién fui hace años seguían intactos. He recorrido tanto ciudades como zonas rurales, pero siempre regresaba al mismo sitio por razones que preferí ignorar.

¿Cuánto tiempo he estado así, vagando por las calles grises de Japón, donde muchos estaban reacios a mostrar cualquier rastro de sentimientos? La respuesta nunca iba a saberla y ni me interesaba, al fin y al cabo me había convertido en uno de ellos, resignado a vivir de esta manera el resto de la eternidad, hundido en la soledad, en la apatía, frío y gris, lejos de poder alcanzar el amor de nuevo. O eso creía.

Una mañana desperté gracias a un barullo que me sacó de mi sueño. Presté atención a los gritos, percibí que eran gimoteos y palabras desagradables. Abandoné la tienda desmantelada que usé como refugio por una noche y salí a investigar. En la calle contigua, donde estaba el parque, vi a una chica dándole la espalda a tres chicos que la acosaban y en varias oportunidades le levantaban la falda. Mi sangre hirvió al percatarme de la situación, estaba presenciando un acto repulsivo y no había nadie que pudiera hacer algo; no iba a quedarme de brazos cruzados, alguien tenía que interferir, ayudar a esa joven indefensa. No me lo pensé dos veces, fui enseguida hasta allá, aparté despacio a la chica y me planté frente a esos imbéciles mientras protegía a la joven detrás de mí. Los tres me miraron, confundidos, aunque al segundo optaron por mostrarse intimidantes, mas al ver que no me inmuté, se echaron atrás.

―No estoy de humor para causar problemas. Lárguense de aquí si no quieren que llame a seguridad ―Les gruñí y me aseguré de que vieran mis puños cerrados y dispuestos a recurrir a la violencia, podía verme normal, pero aún conservaba mi fuerza sobrenatural de ángel, un solo golpe era capaz de mandarlos a volar. Tal y como supuse, las tres gallinas huyeron despavoridas antes de darme el gusto de darles su merecido.

Apenas se esfumaron lejos de mi campo de visión, volteé a ver a la chica para asegurarme de que no sufrió daño alguno. Cuando conectamos nuestras miradas, me quedé inmóvil, mudo.

―Muchas gracias por salvarme, creí que pasaría a mayores de no ser por ti ―habló ella e hizo una corta reverencia. Sentí un leve cosquilleo en mi corazón al escuchar su voz.

―Tengo que marcharme ―dije tajante y me alejé de ahí, de ella.

― ¡Fue un placer conocerte! ―Alcancé a escucharla, mas no me quise arriesgar a voltear. Me alejé de esa zona evadiendo la tentación de mirar atrás; fui al único sitio del parque donde apenas llegaba la urbanización: en una banca bajo un arce.

Mi mente no lograba digerir lo que sucedió. Sus ojos, todo su físico, era ella. No, no podía ser. ¿Una reencarnación? Según lo que escuché del Paraíso, era una posibilidad. ¿Y si esa era la razón por la que no encontraba su alma en el cielo? Preguntas y más preguntas me taladraban la cabeza así como también se repetía lo que acababa de suceder.

One-shots de J-Rock y Visual KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora