WangXian

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One-Shot. AU. WY zorro y LZ dragón.

Wei Ying cerró los ojos al ver el grupo de cultivadores Wen acercarse. Este era su final, lo sabía. Ya no tenía ninguna oportunidad de escapar, no con las heridas en su cuerpo y el dolor de su pierna rota. Ni siquiera tuvo la fuerza suficiente para mirar de frente el rostro de sus asesinos. Lo único que podía hacer era sonreír y esperar que al menos fueran rápidos.

No cargaba con ningún arrepentimiento en esta vida. Todas sus deudas fueron saldadas en el momento que se sacrificó por aquellos a quienes llamaba familia, alejando a los enemigos mientras ellos escapaban.

Lo único que de verdad lamentaba era no poder despedirse de su shijie y shidi, de decirles cuánto los había amado y que gracias a ellos fue que tuvo la fuerza suficiente para permanecer en ese lugar durante todos esos años. Sin importar las absurdas rivalidades, o las continuas comparaciones que solo traen nubes sobre sus cabezas, Wei Ying llegó a amar a Jiang Cheng como un verdadero hermano de sangre, un hermano por el cual no le importaba morir mientras estuviera a salvo.

—Maldito demonio, ¿por fin dejarás de escapar? —dijo el cultivador que lideraba el grupo, tirando su labio superior hacia atrás en un gruñido.

Wei Ying soltó una ligera risa que al instante se convirtió en un quejido, sus pulmones no agradecen el movimiento, obligando a escupir una buena bocanada de sangre. Un par de sus costillas se habían roto durante su escapada, perforando algunos de sus órganos, o eso suponía por el dolor que estaba sintiendo.

—Parece que no tengo otra opción, ¿o sí...? —respondió con un falso buen humor.

Un grito ahogado escapó de su garganta cuando uno de los cultivadores pateó su costado con fuerza, terminando de quebrar sus costillas restantes. Se encogió sobre sí mismo, deseando que un hueco apareciera en el suelo y lo desapareciera al instante.

—Sigues igual de arrogante incluso al borde de la muerte... —el líder del grupo miró hacía Wei Ying con frialdad cargada de asco y odio. El sonido de la espada siendo desenvainada se escuchó en la tranquilidad del bosque. Wei Ying observó el brillo afilado del arma mientras se acercaba. El cultivador le envió una sonrisa maliciosa, en sus ojos había un extraño brillo vicioso y perverso—. Veamos si luego de esto sigues con la misma actitud.

Enviando una señal a los otros cultivadores, estos se apresuraron a sostener al demonio zorro en el suelo. Sujetando sus brazos y piernas, manteniendo su cuerpo boca abajo en una posición vulnerable, mientras el líder se acercaba, sosteniendo una de las magníficas nueve colas.

Wei Ying vio, casi en cámara lenta, como aquella espada se aproximaba. Su pupila se contrajo del terror, usó todas sus fuerzas para intentar escapar, pero aquellos hombres lo rodeaban, presionando su espalda para mantenerlo inmóvil.

Un estallido de dolor lo recorrió de pies a cabeza.

Su rostro se alzó y un fuerte alarido escapó de sus labios. Ardientes lágrimas corrieron por su rostro mientras el dolor solo se intensificaba con el pasar de los minutos. Su grito disminuyó hasta ser solo un ronco murmullo. Sus oídos pitaban y no era capaz de escuchar nada más allá de su propio dolor.

Vagamente escucho la risa de aquellos cultivadores, pero no podía importarle menos la imagen que estaba dando en ese momento. Ya nada importaba, de todas formas iba a morir en ese instante.

Aceptando su trágico destino, dejó que el dolor bloqueara el resto de sus sentidos, haciéndolo incapaz de sentir nada más que un profundo vacío.

No supo qué pasó, tal vez se desmayó a causa del dolor o la pérdida de sangre. Fueron solo unos segundos en los que cerró los ojos y cuando los volvió a abrir, vio a los Wen tirados en un círculo a su alrededor y a una pequeña figura de blanco para frente a él a modo de defensa.

One-Shot's WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora