Resumen: Porque el destino a veces se equivoca y no todas las parejas están destinadas a estar juntas.
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Todos debían morir, todos y cada uno de ellos. Estaba cansado de intentar ser bueno, de intentar caer bien con los demás cuando ellos ni siquiera podían disimular el odio que les daba estar cerca. Estaba cansado de las miradas de discriminatorias que buscaban cada error en sus acciones para echárselo a la cara. De las voces susurradas, algunas no tan susurradas, que lo criticaban deseando su fin.
El amargo deseo de la venganza lo consumía alimentando su alma con llamas oscuras. Un hambre que solo seria saciado con la muerte.
Wen Ning... Wen Qing...
Sabia que estaba marchando a su destino, al encuentro el cual era el ultimo. Solo lamentaba una cosa, solo una cosa que nunca pudo hacer...
—Wei Ying...
La persona no grito su nombre al llamarlo tan solo en un suave susurro más ligero que el viento, que llego con claridad a sus oídos. Sus movimientos se congelaron, sus pasos deteniéndose por completo al tiempo que el corazón se disparaba dentro de su pecho cuando el olor a sándalo lo rodeo como una manta protectora haciéndolo sentir a salvo y en casa. La profunda voz envió deliciosos estremecimientos a lo largo de su columna, despertando el ser que dormía en lo más profundo de su cuerpo.
Mio, mio, mio... Mi pareja.
Tuvo el impulso de correr directo a los brazos de esa persona, regodearse dentro de ellos y acurrucarse para nunca salir, pero logro contenerse a tiempo. Decidido a ignorar aquella voz que demandaba acercarse, compuso el rostro mas indiferente que pudo cuando se giro.
Tan guapo.
La visión de él lo aturdió por un instante. Ese rostro que se encontraba dejando atrás la adolescencia para convertirse en un hombre apuesto que sin dudas rompería el corazón de muchos. Su rostro no mostraba expresión alguna, pero sus ojos. Oh, sus ojos. Wei Ying se estremeció ante la cantidad de sentimientos que vio en ellos atravesándolo con intensidad.
—Lan Wangji —se las arreglo para sonar indiferente, a pesar de estarse desmoronando por dentro compuso una sonrisa sarcástica—. ¿Estas aquí para detenerme? Desde ahora te diré que nada de lo que digas o hagas podrá detenerme.
Lan Zhan se acerco un paso.
—Wei Ying esta no es la manera co-
—¿Manera correcta? —interrumpió—. ¿Cual es la manera correcta para vengarse, en serio crees que existe una? Lo que ellos hicieron esta bien, matar esta bien si viene de parte de ellos, vengarse esta bien cuando son ellos quienes lo hacen, pero si yo lo hago soy un ser despreciable. Lo peor de lo peor. —se rió tan fuerte que se agacho para sujetarse el estomago, pero fue una risa seca, fría y sin sentimientos. Una risa que solo podría salir del interior destrozado de una persona.
