Dices que me entiendes, y en cierto punto es cierto. La mayoría de las veces sabes el porqué de la situación, el porqué de mi reacción y el porqué de mi enojo, pero hay algo que no sabes, hay algo que no entiendes, algo que no entiendes en lo absoluto porque para entenderlo tienes que sentirlo.La desesperación es extrema, el enojo, esa búsqueda desesperada de exteriorizar lo que siento haciendo algo o haciéndome algo, porque no lo puedo hablar con otras personas, no la entenderían, posiblemente dirían "¿Por esa tontería te pones así?" o "Es porque eres muy sensible". Yo lo sé, se que lo soy, pero esa angustia que siento en ese momento y esa desesperación no es de alguien simplemente sensible, porque después se me pasa, esa impulsividad por hacer algo que pare ese dolor interno no la entenderías, y no te culpo, porque ni yo la misma la entiendo ¿Y sabes algo? Ya estoy cansada.
Estoy muy cansada de esos altibajos y de tener una actitud súper positiva un día o una mañana y tener la triste y falsa esperanza de que así podré sentirme el resto de los días y que al rato pase algo o me digan algo que derrumbe todo mi día. Y tengo claro que no es culpa de nadie, que no puedo andar por la vida dejando que todo me afecte, pero no puedo evitarlo y quiero que eso logren entender de alguna manera pero parece imposible... siento que no puedo... porque mi mente me gana.
Hay días buenos y días malos, eso lo sé, pero entonces ¿Qué hago? Si no sé como manejar los malos y lo único que hago es sentir demasiado y eso al final puede hacerme daño, literalmente.
Quiero que entiendas que no puedo hablar de esto contigo, ni con nadie, porque vas a tratar de buscar solución y buscar un consejo y decirme algo cuando talvez lo único que necesito es que me escuchen o simplemente que me abracen sin decir absolutamente nada, sin que yo diga nada tampoco porque sinceramente no sé que podría decir, porque no es que no me conozca, sino que soy tan cambiante que es difícil para mi entenderme en un instante cuando dentro de otro voy a estar como si nada. Tú me dices que es cansado, que mi papá se frusta por no poder entenderme, y me vives la vida diciendo que lo entienda a él, que su forma de amar es distinta, ¿Y qué hay con lo que yo siento? ¿No importa? ¿O es que como yo soy "la sensible", la que se queja de todo, la que "interioriza" vale menos lo que siento? Yo lo entiendo, pero quiero que tú me entiendas y dejes de decirme que te recuerdo a ti, porque si, nos parecemos bastante, porque si, viviste peores cosas, pero somos dos cabezas y corazones totalmente distintos.
No quiero que me entiendas, sólo quiero sentirme querida. Sé que me amas, mi cerebro lo sabe, sabe que los dos me aman, pero mi corazón no se siente amado. Es eso.
Necesito a alguien a mi lado que me recuerde que soy valiosa e importante, que tengo muchas cualidades buenas, alguien que me diga todas las mañanas lo bonita que me veo y lo afortunada que es de tenerme en su vida, que me apoye y me motive, que me cuide y me sonría. Sé que ustedes lo hacen o creen hacerlo, sé que me apoyan siempre porque me lo han dicho varias veces, pero como te digo, sé muchas cosas que realmente no siento, porque las palabras negativas a lo largo de los años me han marcado tanto el alma que aunque de mi boca para afuera diga que no, en mi interior mi corazón está herido, y todas las cosas bonitas que mencioné anteriormente no se las cree.
Y es que es tanto así que cuando alguien me dice con el corazón lo importante que soy, lo bonita y noble, lloro... o río para evitar hacerlo.
Y eso mamá, y eso papá, eso, no es algo que se mejore con un "Pero pon tu mejor actitud", porque esa es una herida en el corazón, no sólo en la mente. Y créanme que lo intento, sin embargo, cuando lo logro, la mayor parte del tiempo es una buena actitud para complacer a los demás aunque por dentro me siga sintiendo vacía.
En fin, nunca duden del inmenso amor que les tengo, y les pido mil y un perdones por no ser quizás la hija que merecen.
Sé que todas su fuerzas, desvelos y atenciones se merecen algo mejor de los que les puedo dar, por eso perdón. A ti papá, si lees esto, perdón por no ser a veces la hija que desearías tener y que sientas que a veces tus esfuerzos no son valorados ni tomados en cuenta, no es así, yo los percibo, los valoro y los guardo en mi corazón, solamente me queda pedir disculpas por no poder recompensarlos. Y a ti mamá... tú te mereces mucho más de lo que te doy y sé que lo poco que a veces hago no es suficiente, lo siento por eso, en serio. Tienen a mi hermana, y con ella estoy convencida tendrán lo que se merecen y quizás mejores cosas que conmigo, las buenas notas y las risas.
Sé que soy a veces alguien difícil de tratar, lo sé de antemano, así que por estar ahí siempre, gracias.
Los ama, su hija.