03 de abril del 2022
Me siento como una extraña en mi propia casa.
Sin poder escuchar música a alto volumen con mis audífonos por miedo a que me llamen y no escuchar, por miedo a que entren a mi cuarto y me griten. Tengo ese miedo expectante constante de que entren a mi "único lugar seguro", mi habitación.
El miedo de que me vean alguna vez escribiendo esto, desahogándome, y me griten y digan "A VER, PERO A TI QUE TE FALTA" y decirles "nada" sólo para evitarme más recriminaciones sosas y al vacío.
Estoy cansada de tener tanta ira reprimida en mi interior, ira que sólo puedo desahogar cuando me hago daño a mi misma. Cansada de maltratarme siempre, en pensamiento y acto. Cansada de sentirme como una extraña en mi propia casa. Si es que "propia" es un palabra correcta para ser usada.
No veo porque lo sea, si él ya me dejó claro que nada de lo hay en esta casa es mío, nada me pertenece, ni mi propio espacio. Mi vida entera gira alrededor suyo y quizás yo entera sea propiedad de él.
No tengo un momento en el que pueda estar en paz. Sola, en un espacio que sea mío, segura. No hay, no existe en un contexto en el que mi papá esté cerca a mi.
Y yo necesito ese tiempo conmigo, como nadie, pero estoy siempre en alerta cuando está cerca a mi. Y eso me confunde demasiado. Porque lo quiero, pero no existe un universo en el que pueda hablar con él de esto y decirle lo que mal que me hace su forma de ser sin que él lo tome como un ataque personal.
Sólo estoy cansada, es eso. Viví una fantasía que duró poco, con una tía maravillosa lejos de casa, y por un momento creía lo bonita que hubiera sido mi vida si tan solo tuviera a alguien como ella permanentemente a mi lado. Alguien que lloraba de alegría por mis pequeños logros, que me escuchaba, que se reía conmigo, no de mi. Alguien con quien podía expresar mis más dolorosos recuerdos y que sentía que me entendía como nadie en este mundo.
Sólo necesito sacar dentro de mi tantas cosas que lamentablemente en mi casa no puedo. Porque aún cuando es mi "hogar", también es mi propia cárcel.
Y yo ya estoy muy cansada.
Necesito algo seguro, y no sentirme en la cuerda floja emocional en la cuál estoy ahora.
Necesito un respiro seguro, porque quizás luego sea muy tarde.
Sólo me quiero ir a un viaje largo, fuera de aquí, de mis pensamientos, de esta cárcel.