Él no era mi victimario, sino su hermano. Él en comparación tenia cejas pequeñas y ojos claro. Las cejas de su hermano estaban más elevada y sus ojos eran negros. La mujer cómplices de sus hechos estaba aquí también. La tuvieron que contener los oficiales.
Hubo discusiones en medio del juicio, exaltaciones, gritos, ¿despidos? Su jefe le llama culpándole de la confusión, de este malentendido. De haber arrestado al hermano que jamás delataría al victimario.
¡Por favor no te vayas! Logro detenerle, agarrándole fuerte, con miedo a que me deje aquí...sola, y no puedo contener mis lagrimas que se derraman en su pecho, suplicándole que no se vaya.
No puedo dejarte ir. Tengo miedo a sobrevivir.
Tú me contienes entre tus brazos y me dices que _¡No lo ves! Tú me amas...no te das cuentas de tus sentimientos hacia mi. Mira como reaccionas ¡Lo que sientes es amor!
Nunca pensé en esa probabilidad. Nunca imagine amarte. Creí que solo era admiración. Pero ahora mis ojos lloran tú desaparición.
*
Vuelvo a la fiscalia una vez más para poderte encontrar y me encuentro esperando, hasta que me dicen que no vendrás ¿Nunca más?
Entonces si tu no estás entonces que hago yo acá y me voy con la carpeta entre mis manos esperando poderte encontrar tras cruzar la esquina de este lugar.
