Capítulo 1 La ley de Yoshiwara

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La primavera había llegado y las flores de cerezo daban la bienvenida a este nuevo año con una grácil y elegante danza de aquellos pequeños pétalos al caer

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La primavera había llegado y las flores de cerezo daban la bienvenida a este nuevo año con una grácil y elegante danza de aquellos pequeños pétalos al caer. El hombre no había podido evitar dibujar una sonrisa al notar uno de ellos en su té, mismo que sacó con cuidado para luego soplarlo, como si le diera un pequeño impulso de que siguiera danzando junto a la suave brisa, sin duda aquel gesto había arrancado más de un suspiro en las jovencitas que habían presenciado el momento

"¡Por supuesto que causo este impacto, soy un hombre varonil y extravagante!"

Uzui Tengen se regodeó en su popularidad y brindó una sonrisa coqueta a las presentes, quienes ahogaron un grito de emoción por tal bendecido momento, sin embargo aquello duró poco, ya que una vez terminara con su bebida, tendría que pensar en algún tipo de plan para salvar ese año o de lo contrario sería sin duda una catástrofe. Un suspiró terminó por salir de sus labios al sentir que esta nueva tarea tenía cierto grado de dificultad y lo peor de todo es que su orgullo como hombre no le permitía fallar

"¡Por favor, Uzui-san! ¡No me sorprendería si a este paso se convierte en un monje!"

Aquella había sido la súplica de la señorita Tsutako, hermana mayor de uno de sus amigos y conocidos; Tomioka Giyuu y lo cierto es que la sola idea le producía mucha gracia, ya que alguien tan silencioso como el ojiazul, quien siempre se cargaba una mirada de pocos amigos no le sentaría nada mal tomar aquel camino sagrado. Su papel allí era evitar eso o no podría mirar a los ojos a Tsutako, era claro que deseaba lo mejor para el idiota de su hermano menor

— No es mi único problema —masculló esta vez al pasar por un Dojo

"Uzui-san, me gustaría que les diera una mano a ambos, si no hacemos algo jamás podrán sentar cabeza"

Esas habían sido las palabras de la señora Rengoku Ruka, quien le expresó su gran preocupación por el futuro de su hijo mayor, Rengoku Kyojuro y así mismo por su tercer amigo, Iguro Obanai, este último no era hijo de aquella familia, pero le habían criado como uno, aunque actualmente ya se había independizado y vivía bastante cerca de ellos. Aquellos son eran sin duda polos opuestos en cuanto a personalidad, el uno tenía una lengua demasiado afilada como una serpiente y el otro era demasiado denso como para poder seguirle el hilo de la conversación

— Sin duda alguna, este será el más complicado —musitó con pesar al ver salir de aquel edificio a un peliblanco— ¡Hey, Shinazugawa!

"Mi hijo desde joven lo ha dado todo por nosotros, pero ahora mismo deseo que encuentre su propia felicidad. ¡Por favor, Uzui-san ayúdale con esto!"

¿Por qué todas las madres y hermana habían recurrido a él? ¿Acaso se habían olvidado que él era un hombre con tres esposas? Bueno, tal vez se les hacia raro eso, sin embargo viendo que su matrimonio iba de maravilla, quizás creyeron que él era el único en quien podían confiar, aunque si lo miraba desde otra perspectiva, sus amigos eran serios y enfocados en su vida, en cambio él tomaba todo a la ligera y le gustaba divertirse, siendo lo irónico que hasta el momento fuera el eunuco que había sentado cabeza

Te querré por siempre - Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora