🦋

397 42 52
                                    

Después de otro largo día Junkyu regresaba a su pequeño hogar. Cansado y hambriento entró rápidamente y se dirigió a la cocina para calentar agua y un poco de sopa. Abrió el refrigerador y no vio más que una zanahoria partida a la mitad.

— Está bien... — susurró a su estómago. — ¿Sabes? Pensándolo bien... Estoy algo gordito, no pasa nada.

Llevaba diciéndose lo mismo desde hace dos semanas.

— Junkyu...

— Ya voy, bebé. — respondió al llamado.

Junkyu se aseguró de que la sopa estuviera a buena temperatura, no fría y tampoco demasiado caliente. Con el agua hizo un té dulce y colocó ambos en una charola. Sacó de la alacena un trozo de pan y algunas boronas las espolvoreo en su suéter y sus labios, queriendo simular que ya había comido de el. El trozo de pan lo puso en la misma charola y finalmente la llevó consigo a la única habitación de la casa.

Entró al cuarto y vio a su novio ya esperando por él. Recostado en la cama Haruto reposaba aguardando por que su novio llegara.

La rutina era siempre lo mismo. Salir desde temprano pero dejando el desayuno listo para su novio mientras iba a trabajar. Llegaba por la tarde para preparar la comida y darle los medicamentos, para salir nuevamente en unas cuantas horas después para seguir trabajando y regresar poco después de las 2 de la mañana. A Junkyu no le importaba cuanto tuviera que trabajar, lo hacía

Junkyu acercó una pequeña mesita y colocó encima la charola con la comida. Se acercó a su novio y dejó un pequeño besito en su frente y dos más en sus mejillas. Haruto sonrió, y con ayuda del otro logró tomar asiento para poder comer.

— ¿Tienes hambre? Debes tenerla. Lamento tardarme, pero hoy traje buenas propinas. — habló el bajito mostrando un pequeño saco con monedas. — Ruto, estoy a punto de juntar todo el dinero para tu operación.... — una sonrisa se formó en su rostro y corrió a guardar las monedas en donde guardaba el resto de sus ahorros. Sobre un carrito rojo con varios frascos con dinero.

Haruto lo miraba con nostalgia. Junkyu realmente estaba haciendo todo por que se recuperara. Le dolía en el alma estar acostado sin poder hacer nada, depender en todo de él y tener que dejar que se desgastara todo el día y noche para conseguir el dinero de su operación.

Hace poco más de un año y medio, en Haruto se había detectado un tumor en la cabeza, pero jamás dijo nada. Después de tres meses las cosas empeoraron y entonces tuvo que revelarselo a Junkyu.

La cirugía que podía salvarlo costaba miles, y era dinero que ninguno tenía al ser corridos por sus padres después de que se enteraron de su relación. Buscando la única solución que podía ser más rápida, Junkyu acudió a los padres de Haruto, pues él provenía de una familia de mucho dinero y poder, pero aún con Haruto delante de ellos sus padres jamás cedieron a dar un sólo peso, agregando a ello "para nosotros estás muerto", y con los padres de Junkyu nada era diferente.

— ¿Cómo va? — preguntó Haruto.

— Falta aún... Pero lo lograré Haruto. Pronto tendré el dinero para tu operación. — respondió con una sonrisa, tan emocionado por que no faltaba demasiado.

— ¿Comes conmigo? — preguntó Haruto haciéndole un espacio.

— No tengo hambre. — respondió Junkyu mientras guardaba sus ahorros debajo de una mesilla. — Comí bien por la mañana y realmente no necesito nada más.

Sirvió un poco de té y entregó a Haruto la taza y una pastilla.

— Toma tus medicamentos, mi amor. — habló el castaño con una sonrisa.

"Lies"- [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora