Capítulo 12

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Había pasado una semana desde que me había ido a España y aún no lo podía creer. Le había contado a mi hermano todo lo que pasó en la escuela y lo que me llevo a tomar esta decisión.

Estaba muy furioso, y sinceramente yo tambien, era una mezcla de tristeza y rabia, en el tiempo que llevaba aquí, había dejado de comer un poco, no porque me sintiera mal... bueno quizás una parte si, pero también era porque estaba cansada de sentirme mal con mi físico.

Todo el Bullying que recibía en la escuela se convertía en estrés, miedo, ansiedad y en vez de dejar de comer por esos comentarios, comía más, sentía la necesidad de comer mucho para acabar con la desesperación.

También quería cambiar porque había ido a un nutriólogo y me había dicho que el sobrepeso podía causar hipertensión, glucosa alta en la sangre, un muy alto nivel de colesterol e incluso ataques cardíacos y mucho más.

Me había prometido que iba a cambiar, que dejaría a la Ellie antigua en el pasado y me concentraria en mi presente y en mi futuro.

Pero eso no era todo, había dejado la escuela a la mitad y mi hermano me había inscrito en una de aquí, y en dos semanas empezaba un nuevo mundo.

Tenía miedo, no voy a negarlo, tengo miedo de que todos se rían de mí por como soy, o que me humille yo sola y sea la burla de todos.  Ya no quería que se volviese a repetir la historia donde todos tenían derecho a humillarme y yo simplemente me quedaba callada, o el no poder hacer amigos por miedo a que no te acepten por como eres, el que te pongan apodos, eso me causaba una sensación de miedo, pánico.

Necesitaba una psicóloga, necesitaba tratar todo lo que sentía, quería contarle a otra persona que no fuera mi familia lo que había sucedido. Necesitaba desahogarme con alguien más.

Estaba en mi nueva habitación, las paredes eran de un color beige y los pilares de color blanco, mi cama era de una plaza y media, una alfombra cubría casi todo el piso, había una mesita de noche en la que posaba una lámpara mediana, el baño no era la gran cosa, tenía su retrete, la ducha y el lavabo. No había clóset pero había una pequeña cajonera en la cual cabía perfectamente mi ropa.

Me gustaba, porque no era exagerado, y era pequeño y acojedor.

—Ellie, van a venir unos amigos a cenar, puedes acompañarnos o quedarte aquí. —Me volteo a ver a Michael.

-— Los voy a acompañar —Digo después de unos segundos.

—Bien, pero debes bañarte — Lo mire indignada y el se rió.

— ¿Acaso estás diciendo que no huelo bien? —Le dije intentando parecer enojada.

— No es por nada pero, el olor llega hasta México — Termina de decir y comienza a reírse.

Lo que hago es tirarle una almohada, pero antes de que llegue a su cara el la atrapa riendo. Intento tirarle otra pero el las sigue atrapando, cuando veo que en sus manos ya no caben más almohadas le tiró ropa de mi maleta de viaje.

Se escapa, y yo solo puedo reír junto a él.

Se siente bien reír y que te duela el estómago, sientes que la vida no apesta, que todo se puede arreglar y que las personas no son crueles.

(***)

Luego de unas horas ya me encontraba lista y bajando las escaleras para encontrarme con los amigos de Michael. No puedo negar que estaba nerviosa por como me traten sus amigos. O que digan algo fuera de lugar o que haga el ridículo.

Cuando llego a la planta baja me encuentro con cuatro chicos, que al escucharme bajar ponen su mirada en mi.

— Chicos les presento a mi hermana Ellie

Cambiando el PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora