𑁍 préambule 𑁍

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17 de octubre del 2008edinburgh scotland

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17 de octubre del 2008
edinburgh scotland


Nuevamente la multitud de personas gritando se acercaba a su casa, probablemente estaban a diez metros de distancia o más, pero él lo sentía como si estuvieran afuera de su casa.

Esta era la cuarta vez que venían... en un principio vinieron a hablar con su madre pero cuando le preguntó acerca de la visita de aquellas personas no tuvo ninguna respuesta, la segunda vez vinieron con más personas y la tercera pudo escuchar que hubo gritos e indultos hacia a su madre, pero no pudo saber con certeza porque actuaban de aquella manera.

Se aferró al cuello de su madre con fuerza, el aroma que desprendía era como el de las margaritas de su jardín trasero que el verano pasado habían plantado juntos, sabía por experiencia que ese era el aroma que su madre utilizaba para tranquilizarlo y vaya que lo lograba, en diferentes ocasiones lo había hecho y cada vez que lo usaba le sorprendía como podía llegar a darle una paz que era indescriptible. Sintió como su madre lo abrazaba con más fuerza, eso le recordaba que mientras estuviera con ella estaría seguro.

Justamente en estas situaciones recordaba que tanto sus padres y él, no eran personas comunes, aunque sus padres le decían que era como cualquier otro niño, no era ingenuo. Él era más rápido y fuerte que los demás niños de la comunidad, además de que tenia orejas y cola.

"Fenómenos" eso era lo que siempre escuchaba susurrar a la gente cada vez que él y su padre iban al mercado del pueblo. Y precisamente por esa razón su mama había decidido educarlo en casa, para que nadie lo hiriera con palabras o lo juzgara por su apariencia, pero él solamente deseaba con todo su corazón tener una infancia normal.

Si, jugar como cualquier otro Niño en los parques cercanos a su casa, jugar a las escondidillas y con el balón.

Los golpes en su puerta lo sacaron de sus pensamientos, ¿Dónde estaba su padre? Él siempre los protegía de todo lo que fuera una amenaza para ellos.

Ni él ni su madre sabían de su paradero, desde la última vez que lo había visto habían pasado cinco días, normalmente su trabajo de recolectar cerezas, el cual le tomaba dos días cuando mucho, pero no había ninguna señal de él, todo aquello era raro... y le asustaba.

—Tranquilo hoon —su madre le susurro en su oreja, su nariz empujó sien lo que lo hizo mirar a su madre a los ojos — Se que tienes miedo y yo también lo tengo, pero aunque tengamos miedo necesitamos actuar...— nunca había visto esa oscuridad en los ojos de su madre, normalmente siempre eran de un azul cristalino lleno de brillo y vida, todo lo contrario a cómo se veía en este momento admiraba a su madre por a pesar de tener miedo parecía tener cierta determinación, los golpes en la puerta eran cada vez más fuertes — Ser valiente no significa no tener miedo, significa tener miedo y actuar, Hoon grábalo en tu mente...

𓂃✶ AONARAN 𓂃✶ p.shDonde viven las historias. Descúbrelo ahora