ੈ ‧ Lo que para los demás puede ser causa de euforia y felicidad, para otros puede ser causa de causa de sombras y amargura e incluso como caminar hacia el averno mismo ੈ ‧
✵ Fanfic corto
✵ Genero: Heterosexual
✵ Funciones lentas y cortas
✵ Costo...
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Luces de colores, gritos, miradas llenas de miedo y curiosidad, tantos aromas que desconocía y terminaban abrumándolo.
Por lo común estaba acostumbrado a que las personas lo vieran pero justo en ese momento podría decirse que estaba haciendo un espectáculo fuera de lo común. Estaba siendo perseguido por los trabajadores del circo y tres hombres más con uniforme azul que no conocía.
Estaba asustado...
No sabía lo que pasaría con el, si llegaban a atraparlo. Pero cualquiera que lo viera no tendría ninguna duda de que él había sido quien había atacado al dueño del circo, pues tenía la mitad de su torso cubierto de sangre y parte de su boca también.
—¡Detente! —grito uno de los hombres y por el rabillo de su ojo observó que los otros dos le apuntaban con un rifle y todo se fue al carajo cuando su parte animal también sintió temor, cada que veía un rifle recordaba la escena que había vivido a sus siete años.
La única opción para distraerlos fue tomar a un hombre que estaba en uno de los carritos coloridos y empujarlo contra los hombres causando que cayeran al suelo, era ahora o nunca, corrió lo más rápido que pudo para llegar a la salida de aquel lugar.
Una parte de él quería ir hacia donde Ni-Ki se había ido pero también sabía que era un arma de doble filo, pero si alguien lo seguía, los atraparían a ambos...
Solo rogaba que Ni-Ki estuviera a salvo.
Por fin había escapado... pero una voz en su mente le decía ¿y ahora qué?
(...)
¿Cuantos días llevaba deambulando sin rumbo fijo? La cuidad era un laberinto interminable nada comparado a lo que él conocía como hogar; los enormes edificios, los coches a toda velocidad, las personas sumergidas en sus propias vidas, todo eso estaba fuera de su alcance.
Se estremeció mirando sus pies, estaban hinchados y tenían ampollas; a eso le agregaba la nueva cortada que se había hecho al pisar un vidrio.
Se estaba congelando por el frío, estaba hambriento y sin ningún lugar a donde ir, era casi tan lamentablemente como en la jaula del circo.
