ੈ ‧ Lo que para los demás puede ser causa de euforia y felicidad, para otros puede ser causa de causa de sombras y amargura e incluso como caminar hacia el averno mismo ੈ ‧
✵ Fanfic corto
✵ Genero: Heterosexual
✵ Funciones lentas y cortas
✵ Costo...
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— ¿Quieres que te marque? — gracias a que la garganta se le secó su voz se volvió ronca y su cola esponjosa se balanceaba de un lado para otro esperando su respuesta.
—Esta bien — escuchó a la chica responderle con la voz quebrada por los nervios, rayos, no pudo evitar sonreír con tanta felicidad, no mentía sus pómulos se sentían entumecidos por tanto sonreír, pero todo valía la pena pues por fin podía demostrarle su amor a MoonYeo.
Su animal interior daba brincos de júbilo al percibir como las feromonas se intensificaban y combinaban demasiado bien con el aroma a gardenia y caramelo. Se sentía un tonto por no haberse dado cuenta de que la manera más sencilla de lograr percibir las feromonas de ella era poniéndola nerviosa.
Sus oídos están enfocados en la respiración entrecortada de la chica y los latidos erráticos de su corazón, se acercó a ella mientras la rodeaba de forma elegante como si fuera una presa, su cara estaba a escasos centímetros de la de Moonyeo.
De un pequeño y delicado tirón la atrajo contra su cuerpo mientras sus brazos la encapsulaban en un abrazo; la vibración de sus ronroneos era más fuerte de lo normal. Estaba nervioso y eufórico estaba a nada de reclamarla como suya.
Su rostro viajó de su nariz hasta las clavículas de la chica volvió a dejar escapar una risa profunda al escuchar como sus latidos volvían a incrementar ante el contacto —No te pongas nerviosa, solo quiero que todos sepan que eres mía —susurro rozando su piel; estaba claro que aunque no tuviera ninguna experiencia amorosa antes que Moonyeo él tenía el control.
Continuó aspirando su aroma por las clavículas y cuando estuvo satisfecho escondió su cara en el cuello de la chica, hasta este punto debía controlarse porque acercaba más el cuerpo de MoonYeo al suyo teniendo miedo que fuera a desaparecer.
Dejaba pequeños besitos en donde consideraba que su aroma era más fuerte, ese sería el lugar Perfecto para marcarla, pero antes de siquiera intentar algo, se tomó un momento para mirar a los ojos dorados de Moo quien parecía un ciervo perdido —¿Princesa, estás segura de que quieres esto? Al dejar mi marca en tu cuello, será como un anillo de bodas pero sin el alto costo — comentó nervioso.
