Once

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Dias y ratos monótonos, donde no hacían más que caminar, cada tanto, se dedicaban un mimo o un beso cerca pero a la vez alejados de sus labios, en un juego para hacerce el difícil, en parte retando al otro en una guerra secreta de quien lo haría primero.

No encontraron nada, como siempre, no volvió a llover, pero un día vieron cómo lentamente el exterior comenzaba a llenarse de arena.

Arena, como si fuera un desierto, con el paso de las horas se formaron montañas de arena, ambos encontraron divertido pasar entre medio de ellas, escuchar la arena pasar contra el vidrio, atravesando las lomas y sentirse como en una nave impenetrable, porque ni un grano entraba a la caja.

— Si esto es un desierto, debe haber un oasis— dijo Jeongyeon, con emoción—¿Lo buscamos?

— Creo que esto es el oasis— respondió Mina—. Y más contigo— añadió, haciendo que a la chica ruborizarse.

En la noche, como siempre, se tomaron las manos, recostadas sobre el colchón del suelo, miraron la sutil luz sobre su cabeza.

— Sabes... No lo recuerdo, pero creo que así sería dormir debajo de la luna— murmuró Jeongyeon.

— Creo que sí— concordó Mina, con una sonrisa.

Fueron largos segundos de silencio, en los que Mina cerró sus ojos, creyendo que Jeongyeon estaba por dormirse también, hasta que escuchó a la menor hablar.

— Mina... Tú no me dejarías sóla, ¿Verdad?

— No, Jeongyeon— dijo Mina, su tono fue monótono.

— M-Mina... En serio, dilo en serio.

La mayor se giró, notó las lágrimas en sus ojos y su labio inferior temblar, acercó su mano libre a su mejilla, acariciandola con su pulgar.

— No te dejaré sóla, nunca... Y algún día, saldremos las dos de aquí, lo prometo, y hasta entonces, estaremos juntas, no voy a dejarte.

Jeongyeon sonrió, se acercó más a élla y se acurrucó sobre su pecho, Mina la abrazó por sobre sus hombros, dejándola reposar sobre su pecho, con una sonrisa plantada en sus labios.

Lovely | 𝐉𝐞𝐨𝐧𝐠𝐦𝐢 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora