Tres

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—Mina, mira esto.

La mayor abrió los ojos para dirigir la mirada a la menor, incluso antes de que la otra comenzara, notó que la caja ya no tenía su forma perfectamente cuadrada.

Vió a Jeongyeon alzar su pie para dar un paso, aunque el cristal estuviera a pocos centímetros de ella, descendió, y la pared de vidrio retrocedió, creando nuevo suelo, más espacio.

Mina alzó sus cejas.

— ¿Cómo? — preguntó la mayor, levantándose del suelo donde hacía su pasatiempo favorito, dormir, recordó las veces que había caminado en los bordes, las paredes nunca se habían movido.

— Es como lo del otro día... Sólo quiero avanzar, y las paredes se mueven por mí— dijo la menor, continuó caminando, la pared continuó escapando de su paso.

Mina quiso intentarlo, se posó en la pared opuesta, mirando a la oscuridad, dió un primer paso, pequeña y dudosa, el cristal se movió, una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

Continuó avanzando, paso por paso, quizás encontraba algo entre toda la oscuridad, quizás había algo entre toda esa nada.

Caminó una gran distancia, sin darse cuenta, el paso lento y la monotonía del exterior la llevaron muy lejos de donde había partido.

— ¡Mina!

Escuchó un grito alejado, y se volteó con algo de susto, sus ojos se abrieron ampliamente al ver el largo pasillo de vidrio que se había convertido la caja, esa imagen infinita casi parecia como cuando miraba hacia arriba.

— ¡Mina!

Escuchó a Jeongyeon gritar su nombre de nuevo, y a lo lejos vio al menor correr hacia ella, su llamado sonaba desesperada y asustada, corría como si su vida dependiera de ello hacia ella.

— ¡Jeongyeon!

Mina comenzó a correr también a su encuentro, la menor continuaba llamándola y su voz sonaba tan aterrada que pensó que aquella pobre chica había visto algún monstruo, ya más cerca escuchó su llanto mientras seguía gritando su nombre con pánico.

— ¡Jeongyeon! ¡Estoy aquí!

La menor estiró una mano hacia ella en cuanto estuvo cerca, y Mina sólo la tomó y tiró de su cuerpo, cayendo entre sus brazos, se tambaleó sobre sus piernas cuando ella se abrazó a su cuerpo con toda su fuerza, mientras temblaba de forma violenta y lloraba desconsoladamente sobre su hombro, Jeongyeon tomó su mano y se aferró a ella con fuerza, la otra rodeando el cuello de la mayor.

— Jeongyeon... Jeongyeon .... — acarició su cabello, dejó pequeños besos en su cabeza, la abrazó con firmeza—. Jeongyeon, ya... ¿Qué viste? ¿Qué pasó?

Jeongyeon negó.

— E-Estabas muy lejos... — murmuró, entre llanto—. Estabas lejos y yo estaba sola ....

— Jeongyeon, no estás sola.

— Creí que te irías, no sé, que esta cosa se separaría y quedaríamos uno de cada lado y ya estaría sola.... Para siempre.... No quiero perderte, eres lo único que tengo.

Mina sólo pudo abrazarla, y dejarla llorar, mientras veía a las paredes que habían apartado acercarse con lentitud, volviendo a la forma cuadrada de la caja original.

Lovely | 𝐉𝐞𝐨𝐧𝐠𝐦𝐢 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora