¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(narración en pasado)
Taehyung se encontraba parado frente al imponente edificio, L'Académie des Beaux Arts, en la cual había sido por fin admitido después de varios intentos. Tras admirar por unos minutos la fachada accedió a su interior y se dirigió a la recepción para preguntar donde se encontraba la sección de escultura. Con unas rápidas señas intentó guiarse hasta dar con la parte que le correspondía.
Ya allí observó a otros jóvenes cómo él que supuso que también eran aprendices. Dudó si intercambiar diálogo con alguno de ellos pero decidió esperar a después de la charla con el maestro a cargo con su formación artística. Siendo sincero consigo mismo, tampoco tenía muchas ganas de socializar con gente nueva, estaba cómodo con su círculo íntimo y no había sido admitido en la academia más prestigiosa de toda Francia y se había mudado a la capital por su cuenta para perder el tiempo con personas que puede encontrar en todos lados. Él estaba ahí para sacar provecho de cada enseñanza y aprender el oficio para poder ganarse la vida como escultor, ser el más conocido de Francia y convertirse en un referente para los artistas venideros.
O, por lo menos, esas eran las intenciones de Taehyung. Con el paso de las semanas se empezó a dar cuenta del incremento en la dificultad de los ejercicios que el maestro exigía, dejando al joven exhausto mentalmente durante la noche y cansado por el día.
"Joven Drouais, no me diga que está desperdiciando la admisión a la Academia siendo un holgazán." lo sorprendió su maestro acabando de entrar en el taller que en ese momento solo estaba ocupándolo él.
"No, no, solo intentaba mejorar el trabajo." se justificó Taehyung poniéndose recto y volviendo a colocar sus grandes pero delicadas manos en la escultura de arcilla que le tocaba realizar esa semana.
Fue entonces cuando otro joven entró tras el mayor, cargando consigo carboncillo y láminas.
"Joven, le presento a Jungkook Lancrent, uno de los mejores alumnos de pintura de aquí. Jungkook, él es Taehyung Drouais, alumno mío de escultura como ya habrá podido suponer."
Ambos intercambiaron un saludo cordial y el señor siguió hablando.
"Jungkook cree que necesita trabajar su modelado, es por eso que lo traje aquí, para que estudie las esculturas." explicó el maestro enseñándole el taburete que podía usar y estuviera cómodo. "Les dejo a solas para que trabajen, yo tengo que ir a dar clase. Cualquier cosa Jungkook ya sabes y tú Taehyung intenta esforzarte un poco más esta vez." concluyó para después irse.
El silencio en el taller lo sintió como tenso, distrayéndole por completo de la escultura y una cabeza que no dejaba de repetirle que a lo mejor no era tan buen artista como él pensaba.
"¿Alguna de estas es tuya?" escuchó al pintor y echó una rápida mirada por las diferentes estatuas y figurillas que había por toda la habitación, sabiendo que ninguna de las suyas era tan buena como para estar puesta a la vista en ese edificio.
