8. El auto

29 7 10
                                    

¡¿Tú que haces aquí?! – preguntó mi primo, yendo alterado hacia Dune.

Los golpes de la mañana no le causaron ni un moretón, solo están pequeños rastros de tinta verde en su rostro.

Nils sin más colgó la llamada al instante y por la reacción del pelinegro vino directamente a mí.

¡No te vuelvas acercar a ella! – exclamó Marlon furioso, agarrándolo del cuello de su camiseta. Nils abrió los ojos como platos y se puso delante de mí.

Marlon lo soltó y trató de venir en nuestra dirección, sin embargo, Dune lo agarró de imprevisto y le dio un golpe haciendo que cayera en la grama de la casa.

-¿Enserio crees que voy a hacerlo? – bufó – En tus sueños. Además de seguro y me termina perdonando, como siempre. – me señaló.

Ahora más que nunca sé que en mi vida volveré a querer verlo.

Comenzó a patear a Marlon que seguía en el suelo y el rubio corrió a defenderlo. Pensé que usaría golpes, pero lo único que hizo, es empujarlo y ayudar a mi primo a levantarse.

Dune exasperaba furia que llegaba a kilómetros de distancia, se quedó mirando fijamente a Nils como si fuera a matarlo con la mirada y sin más, se fue. Sabía que si seguía ahí no terminaría nada bien.

No tardamos en subirnos a los autos rápidamente, Marlon fue con Aine y yo por supuesto con mi gran amigo del alma, Nils.

Estaba tenso, se notaba claramente en cómo sus manos agarradas al volante exaltaban sus venas, sus labios quedaron en una línea y su mandíbula tensa, pero ante todo maneja con tranquilidad.

¿Cómo alguien puede verse tan jodidamente perfecto? ¿Cómo puedes intentar ser amiga de alguien que causa sentimientos en ti? Es muy imposible en mi pequeña realidad.

¿Realidad?

El silencio se apoderó en nosotros, yo tenía el brazo apoyado en la puerta del copiloto con mi rostro en la palma y la vista al frente, siendo sincera a ratos echaba algunas ojeadas a Nils viendo como su tensión empezaba a bajar poco a poco.

-¿Quién era él? – preguntó curioso y ya calmado. No tenía por qué saberlo. Aún no.

- Alguien sin importancia – suspire – Si no te importa, ¿puedo bajar la ventana? – cambié de tema. Necesito aire.

-No, no puedes – contestó irónico.

Puse los ojos en blanco y la bajé.

El aire chocaba con mi rostro a una gran velocidad, se sentía bien ahora mismo, cada parte de mi pequeño rostro obtenía un ligero aire fresco, cabellos rojizos sobrevolaban alrededor de mí cabeza. Todo esto es tan libre y por alguna razón es así como me siento con la presencia de Nils.

Capaz de hacer todo lo que quiera, pero a la vez miedo, miedo a enamorarme y terminar en un desastre que lograré olvidar en meses o tal vez en años.

Pero ¿Quién dijo de olvidar?

En medio del camino, Aine cambio de dirección a toda prisa y Nils la siguió, esta vez acelero para alcanzarle sin embargo la perdimos.

*LLAMADA ENTRANTE DE LOCO MARLON 🙄

Contesté un poco confusa y puse en alta voz.

-Iremos a la farmacia por unos anticonceptivos – ¡¿QUE?! –, hay perdón, por unos analgésicos – corrigió -, ya sabes que me confundo mucho con las palabras.

Eternamente Azul [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora