6. ¿Amigos?

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Comienza con el estúpido grano que volvió a mi cara, más grande, más potente, y más caótico, que irónico que no haya servido de nada lavarme la cara el día anterior luego explotar el cuerno de rinoceronte.

Como dije a Marlon y a Alejandra, hoy debo ir a la universidad a recoger material del taller, lo primero que debo hacer antes de salir es irme a cambiar que así en toalla no voy ni loca. Encuentro un suéter de colores y unos pantalones flojos que no es la mejor combinación, pero de algo servirá para tremendo frío mañanero.

En el aparcamiento de la universidad, se me da por estacionarme en el mismo lugar donde apareció Nils. En fin, una tontería.

Y claro por si no fuera más, me olvido en casa la estúpida mascarilla para que el tonto grano no sea visible por si a alguien se le ocurra la gran idea de aparecer en plena universidad vacía.

De regreso a casa no puedo creer que este viendo a la persona que estoy viendo. Era Dune, parado enfrente de la puerta con las manos dentro de los bolsillos delanteros de su hoddie.

No sabía si actuar de la misma manera que Nils se ha portado conmigo los anteriores días o si darme una cachetada a mí misma e ir hacía el y encararlo. ¿Qué se supone que haga yo en estos casos? Pues por supuesto... lo mismo que el idiota de Nils.

Si corres no te ve, ese método nunca me funciona sin embargo no pierdo nada en intentarlo una vez más. Siento un agarre fuerte en mi muñeca izquierda a lo que trato de abrir la puerta de la casa

-Vas a ignorarme luego de lo que paso el otro día? – reclama Dune.

-Que paso el otro día? – digo irónicamente.

-No te hagas la desentendida, tu bien sabes que paso.

-Y si me acuerdo, ¿Qué caso da? - pregunto zafándome de su agarre.

-Qué caso da? – repite bufándose – Si no te acuerdas nos besamos y sé que sientes cosas por mi

-Por ti?... quien dijo que no se puede dar un beso sin sentir nada por el otro para ir y darle un puñete donde más le duele – No quise decirlo. Debí hacerlo, tenía que alejarme de él lo más antes posible.

-No eres así

-Pues no me conoces para nada – suelto abriendo la puerta.

-Sofía... inten...

-.... no

- Los dos nos quere...

-... no

- Solo...

-...que no- finalizo intentando cerrar la puerta.

Él intenta empujarla al segundo en que no tengo fuerzas y de un momento a otro logra abrirla por completo. Acorta poco a poco la distancia entre los dos que puedo oír sus fuertes latidos retumbar en el recibidor, agarra firmemente con su mano derecha mi cintura y acorta aún más la distancia haciendo que estuviéramos a milímetros de que nuestros labios estén a punto de rozarse. No tengo ganas de vivir ni de hacerlo.

Zafarme de su agarre es imposible porque está muy firme que llega a lastimarme.

-No Dune – susurro

Su expresión me dio la impresión de que estaba enfadándose al punto que cierra la puerta con su pie y pone aún más fuerza, y con su mano vacía arraiga mi cuello tratando de que lo bese.

-¡No quiero!- giro la cabeza en otra dirección – ¡Que no quiero! – exclamo, pero su fuerza me supera a niveles inferiores.

-Estoy harto de que te hagas la difícil – dice besando mi cuello desesperadamente - si no colaboras va a ser mucho peor de lo que te tengo pensado hacer.

Eternamente Azul [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora