7. Minutos

39 7 2
                                    

¿Qué se supone que se haga en estos casos?

Ponerte a llorar, seguro.

Tragarme las ganas de besarlo aun así me diga amiguitos hasta el fin.

¡Céntrate!

Lo pensé hace un rato, ¿Él y yo? Es muy pronto para alguien que conocí hace poco, aun así, todo en mí se parte en pequeños fragmentos sabiendo que yo prefiero lo mismo. El corazón es el más peligroso, y con Nils lo ha sido a simple vista, pero ¿Qué se supone que haga? Si lo mejor para nosotros es una amistad y no una relación que se empieza con tan poco tiempo de conocerse. Y sé que la respuesta está en mí, no en él, porque debo aprender a parar, aunque el corazón me diga lo contrario.

Suspiré antes de hablar:

-Estoy de acuerdo.

-¿Así nada más? – preguntó tenso.

-¿Que más quieres que te diga?

No quiero ser tu amiga.

-Me espere más emociones conociéndote. Eres un libro abierto – dijo divertido - Espera...espera...- fue poniendo su mano derecha tibia en mi cachete.- ¿Qué tienes ahí? – señalo con la otra a mi nariz.

Mierda

-Me mordió un vampiro – ironicé

-Un vampiro bebé– corrigió, y tocó el grano divertido.

-¡Auch! ¿Qué no ves que duele?

-Como voy a ver si me distraje en tus ojos – separó rápidamente el dedo.

-Que tienen de malo mis ojos.

-Que no tienen de malo – corrigió.

El espacio se quedó en silencio. Solo se oía la brisa. Quede perpleja con que no tienen de malo, pero si hace un minuto dijo que... no. No debo caer. Los chicos como él son así.

-Lo tienen- agarre su muñeca alejándolo de mi piel.

-Si tú lo dices – se acomodó en la banca sonriendo de lado.

Repentinamente algo no se encontraba bien, yo no me encontraba bien.

Todo aquel recuerdo de Dune, hace que ponga una mueca de tristeza, que mi cuerpo transmitiera tensión sin piedad, que mis ojos se enrojecieran, que todo en mí quisiera empezar a temblar. ¿Cómo Dune pudo volver a hacer eso?, ¿Acaso quería que de nuevo me encerrara en casa, un mes solo por no querer volver a verlo? ¿A caso quería que me sintiera insegura de todos? No, no quiero que vuelva a pasar, por favor, otra vez no.

-Enserio, ¿estas bien? – Nils se dio cuenta al instante.

-No es nada – dije apartando la vista.

- Si que ha pasado algo. Quiero poder ayudarte. – dijo preocupado.

-Así quisiera no podrás...no...no lograras hacer nada – susurre con lágrimas cayendo de par en par.

-Sea lo que sea, lo siento mucho – hizo un ademán de abrazarme, pegándome a su pecho suavemente.

Y me rendí, me rendí a él.

-Tranquila – pasó una mano por mi cabello – cuando me necesites estaré para ti, siempre.

-Y...yo...ya no puedo.

-Si...si puedes.

-No, esto es muy distinto. No es lo mismo que Vanessa me ha hecho.

-¿Te ha hecho? – repitió confuso.

Eternamente Azul [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora