- Campeón... Brunito – Ernesto se quedó con su nieto mientras María José entró al quirófano con su mujer.
- despierta, pequeño – virginia también estaba acompañándolos, arrulló a Bruno para que durmiera un poco, el pequeño niño no podía dejar de saltar de la emoción que sintió cuando su mamá le dijo que su hermanito ya iba a nacer
- Tengo sueño, abue... - se acomodó en el hombro de su abuela para volver a dormir
- ¿No quieres conocer a Gabriel, mi amor? – le preguntó Ernesto, sabía que al decir el nombre de su hermanito no se resistiría
- ¡¿Ya nació mi hermanito?! – se levantó de golpe lanzándose de un regazo a otro
- Hace una hora, corazón, pero tus mamás quieren que vayas con ellas para que lo conozcan juntos, luego vamos nosotros, ¿entendido?
- ¡Si! – llevaron a un muy animado Bruno a la habitación donde Paulina había descansado un poco y María José estaba en el sillón que había esperando a su tesoro - ¡Mami! – el pequeño se aventó hacia la rubia dándole un "abrazo del oso" mientras ella dejaba múltiples besos en su carita.
- ¿Cómo estás, mi cielo? – Ernesto y Virginia salieron de la habitación dejando sola a la pequeña familia.
- ¡Muy emocionado, ya quiero conocer a mi hermanito!
- ¿Y para mi no hay abrazo? – decía la morena desde la camilla con un enorme puchero que a Bruno no le gustaba porque significa que su mami estaba triste
- No estés triste, mami, yo te amo mucho, muchísimo – el pequeño se subía a la camilla con ayuda de la rubia que estaba con una sonrisa de oreja a oreja.
- Yo también te amo, guapo
- Voy a decirle a la enfermera que ya traiga a Gabo – besó la frente se sus amores y salió
- ¿Tu ya viste a mi hermanito, mami?
- No mi amor, nadie lo ha visto aún, lo vamos a conocer juntos, ¿te parece?
- Ya quiero verlo – pedía con un puchero igual o más adorable que el de la mexicana.
- Ya esperamos mucho tiempo, ¿no crees?
- Muchisísisisisisimo, ¿Por qué los bebés tardan mucho para crecer en la panza? – se cruzaba de brazos fingiendo enojo para luego soltar un risita por las cosquillas que su mamá le hacía
- Por eso, 10 minutos en que lo traigan acá no son nada para lo que hemos esperado, amorcito
- Con permiso, señora – ahí estaba la enfermera empujando un pequeña cuna de hospital mientras la rubia traía un pequeño bulto envuelto entre mantas azules en los brazos, con su carita tapada y así nadie lo podía ver aún – me avisan cualquier cosa – sin más, la enfermera los dejó solos.
- Ay dámelo – rogó la morena extendiendo los brazos donde fue depositado el pequeño bulto para destaparle la carita – hazlo tu, cielo – le pidió a Bruno, quien con muchos nervios y cuidado quitó el pedazo de tela que no dejaba ver al que se convertiría en el centro del su pequeño mundo, su hermanito.
- Mami, es muy bonito – susurraba ya que el pequeño bebé estaba dormido. Y era cierto, el pequeño Gabriel era la réplica exacta de su madre mexicana, pero la nariz como un botón, sus ojitos cerrados y sus cachetes hinchados, el pelo café y su manita en búsqueda de que apretar entre sus dedos.
- Solo míralo, mi amor, es muy hermoso – los tres estaban embobados con la imagen tan tierna que les proporcionaba el nuevo integrante de su familia.
- Hola mi amor... que chiquito eres, cosita hermosa- el pequeño Gabriel trataba de quitarse su gorrito con su manitas chiquitas, ambas madres miraron enamoradas a ese pequeño bebé que empezaba a lloriquear queriendo saciar su hambre, y a su hermoso hijo mayor que no paraba de mirar con adoración a su hermanito – ¿tienes hambre, corazón?- Paulina se había bajado la prenda para destapar un poquito a su hijo y que el se prendiera de su seno para comenzar a succionar leche de manera algo desesperada – hay suficiente caballerito, tranquilo
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Mi Mundo es Mejor si tu Estás en el
FanfictionElla solo quiere recuperar al amor de su vida...