Capitulo 11.

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Habían pasado un par de semanas desde que mi padre se volvió a Italia, mi madre estaba emocionada de saber que en a finales de junio iríamos allí a ver cómo se casaba, por mi parte no había tanto entusiasmo, estaba feliz porque él hubiera rehecho su vida, pero a mí no me hacía especial ilusión que se fuese a casar con una mujer italiana, no tengo nada en contra de las italianas, pero mi padre por lo menos me podría haber enseñado una foto de ella.

A regaña dientes entré en clase, ese día me tocaba hacer una exposición con Mara y yo ni siquiera estaba concentrada, conseguimos sacar la exposición adelante, a pesar de que yo no estaba muy centrada en ello. Al terminar las clases Luca, Hugo y Mara me mirón con una cara de que narices te pasa, que no me quedó más remedio que contarles lo que había pasado.

—A ver que yo lo entienda—Mara levantó las cejas y se frotó la frente intentando entender lo que pasaba—, me estás diciendo que, tú padre, te ha invitado a su boda y te deja llevar a Meritxell, pero no le has dicho que vas a llevarla a ella.

—Es que mi padre, se piensa que estoy conociendo a un chico—suspiré mientras jugaba con el cordón de mi sudadera.

—No entiendo que tiene de malo que vayas con ella—dijo Luca encogiéndose de hombros.

—A ver, si de malo no hay nada—aclaré—, el problema, es que no sé cómo contárselo. Ni siquiera sé cómo decírselo a Meritxell.

—Hola precisa estás invitada a la boda de mi padre—Hugo empezó a reírse según terminó la frase—. Piénsalo, así es rápido y conciso, no le dará tiempo a pensar y no podrá negarse a ir.

—¡No voy a obligarla a venir si no quiere! — exclamé.

Pasamos la mayor parte de las clases hablando del tema, no préstamos atención a casi ninguna clase, solo nos mandábamos mensajes, bueno más bien me los mandan a mí dándome sugerencias de como decírselo a Meritxell y a mí padre, a mi madre le conté que me gustaba una chica, pero no entré en detalles, solo la dije que sería mi invitada en la boda, que un día la presentaría pero que no era el momento. Me sobresalté al ver un mensaje de mi padre cuando volví a mirar el teléfono.

<<No me corre prisa, pero me gustaría coger los billetes de avión lo antes posible, para que me pases el nombre de tu amigo, el que viene a la boda, y el amigo de mamá, te quiero>>

Le enseñé el mensaje a Mara, ella se limitó a sonreír irónicamente cuando leyó "el nombre de tu amigo", no me dijo nada y en cierta manera se lo agradecí. Salimos de la facultad, pero yo no me fui con ellos como de costumbre, fui a la facultad de medicina a buscar a Meritxell, quería hablar con ella de lo de la boda de mi padre y hacerlo por WhatsApp no me parecía la mejor idea. Cuando me vio en la acera de enfrente de la facultad me sonrió a lo lejos, vi cómo se despedía de su compañera y venía hacía mí con paso ligero, me dio un beso corto y sonrió ampliamente.

—¿Como es que has venido a buscarme? — frunció el ceño.

—Pues es que tengo que comentarte una cosa—me rasque la nuca por los nervios—¿Vamos a tomar algo y hablamos?

—Yo tenía pensado comer—saco un bocadillo de su mochila—, si quieres nos sentamos en la parada del bus y mientras lo esperamos, yo me como esta delicia—olió su bocadillo— de tortilla y tú me cuentas.

—Me parece una gran idea, aunque...—fruncí el ceño- ¿Tú no sueles venir en coche?

—Esta en el taller—me aclaró.

Cuando estábamos esperando al autobús, ella me miró expectante, yo por mi parte estaba jugueteando con el cordón de mi sudadera, buscando las palabras adecuadas para decirle que mi padre sin conocerla de nada la había invitado a la boda, pero que él no sabía que la había invitado.

Cuestión de dos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora