Meritxell
A veces levantarme por las mañanas era una tortura, pero hoy no era el caso, el olor a café y tostadas hizo que me recostase en la cama, frotanzdome los ojos y bostezando, Lilith estaba vistiendose y vi la bandeja con tostadas y café a los pies de la cama.
—Espero que esto se vuelva rutina—dije con la voz aún adormilada.
—¿El desayuno en la cama?—preguntó confusa y se giró para ver cómo se dibujaba una sonrisa en sus labios.
—Abrir los ojos y verte—aclaré.
Ella se giró para que no puediese ver cómo se ponían rojas sus mejillas.
—¿Cuál es el plan para hoy?—pregunté alcanzando la taza de café.
—Volver a Madrid, tenemos que dejar la casa en un par de horas, pero tú quédate en la cama si te apetece hasta que tengamos que irnos.
—¿Sin ti?—puse cara de cachorrito— Es que está cama no es para que me quedé tumbada yo sola—me acerqué a ella.
—Meri, yo me voy ahora—suspiro—Carlos, Mara y yo nos vamos en quince minutos.
—¿Qué? ¿Por- por qué?—pregunté confusa.
—Esto...—se veía a kilómetros que no me lo quería decir, le puse la mano en el hombro y ella me la agarró.
—No estás obligada a contarme nada que no quieras.
—Gracias—me dio un beso largo y lento.
A los pocos minutos estaban llamando a la puerta.
—Lilith, si no estás haciendo nada indebido nos vamos ya—la voz de Mara se colaba por la puerta.
—Ya salgo—me dio un beso corto y salió de la habitación.
¿Porqué se había ido tan pronto? ¿Acaso anoche hice o dije algo que no debía?***
Cuando llegue a Madrid solo podía pensar en Lilith, pero no quería escribirla, no quería molestarla, seguía sin entender nada...
Me centré en terminar los trabajos de la universidad, leer los libros que tenía a medias en la estantería, limpiar la casa y jugar a la play con Marcos, la mejor manera de estar distraída era que mi mejor amigo me contará sus dramas, pero claro, Marcos no se podía estar callado con el tema de Lilith;
—¿Has avisado a Lilith de que habías llegado a casa?—unos minutos de silencio incómodo entre nosotros—¿Hoooolaaaaa? Tierra llamando a la bollera de mi amiga.
—No. No le he dicho nada. Pesado.
—Pero anoche ¿Paso lo que creo?
—Si. Nos acostamos y ella se ha ido la primera de la casa con Carlos y Mara.
—Ah, vale, con que lo que te pasa es eso.
Apagó la televisión y le miró.
—¿Que me pasa qué?—pregunto un poco más alto de lo que pretendía.
—Te da miedo que ella solo quisiera experimentar la sensación de estar con una mujer, y ya no quiera saber más de ti.
Le tiro un cojín a la cabeza y me levanto del sofá frustrada.
—Te odio.
—Osea que, tengo razón.
—Si...
—Honestamente, yo creo que Lilith si solo quisiera eso te lo habría dicho—me tira el cojín de vuelta y empezamos a lanzarlo todo el rato, mientras continuamos hablando.
—¿Y sí no? ¿Y sí ella no quería nada más que eso?
—¿Y para eso te ha invitado a la boda de su padre?—suspira— Vamos Meritxell Dimou, sabes perfectamente que esa chica no te quiere para un polvo y ya.
La boda de su padre, lo había olvidado por completo... Marcos me mira extrañado y en ese preciso instante mi móvil comienza a sonar.
—Toma—Marcos me lanza el teléfono y no sé cómo narices lo pillo al vuelo.
—Hola—respondo descolgando el teléfono, no tengo el número agregado y no sé quién narices es, pero en ese momento agradezco que alguien me saque de mis pensamientos.
—Hola—la voz un chico a traviesa mi teléfono y primera acción según lo oigo es poner el altavoz para que Marcos también lo escuche.
—¿Quién es?—pregunto mientras me siento en el sofá al lado de Marcos, ambos estamos muy desconcertados.
—Eso no te importa—miro a Marcos con una cara de confusión total.
—Pero si me has ....—me corta para volver a hablar él.
—Deja a Lilith, ahora mismo, por WhatsApp, olvídate de ella. Ya. Vamos.
—Pero tú ¿quién coño te crees que eres para decirme que deje a mi—pienso un segundo lo que voy a decir, y lo termino soltando—novia?
—Oh vamos, ¿Que le gustan las mujeres desde hace cuánto? ¿Dos días? Ella volverá a mí—se ríe sarcásticamente—. La he dejado ya bastante espacio—no es posible que sea su ex, no, ¿Porqué coño tiene mi teléfono?— ¿Sabes porque se ha ido tan pronto de la casa rural?—miro a Marcos porque sabe que necesito apoyo y me da la mano—Solo he tenido que llamarla llorando, diciendo que volví a casa y que mi padre me había pegado otra vez para que ella salga a buscarme. Y no ha cambiado su contraseña del teléfono, no me ha sido muy difícil conseguir tú teléfono—aprieto la mano de Marcos con fuerza y veo que él coge su teléfono para mandar un mensaje a Lilith preguntándole que dónde está—. Solo te pido una cosa que te vayas de su vida, no es complicado. Iré yo por ti a la boda de su padre no te preocupes—y tras esas últimas palabras me cuelga.Lilith
El mensaje de Marcos me pilla por sorpresa, pero le mando un auidio diciéndoselo.
—Estoy en Gran Vía, McDonald's de Gran Vía, vente si quieres estoy con Mara y bueno mi ex.
Mara me mira super confusa y le enseñó en teléfono para que vea que es Marcos.
—No deberías venir nunca sola a ver a Bruno, recuérdalo.
—Ya lo sé, no hemos estado solos en ningún momento, estabas tú.
—Menos cuando te has metido en el baño para supuestamente curarlo de lo que le ha hecho su padre.
—Mara lo has visto. No me jodas.
—Se ha podido tirar por las escaleras tres veces y hacerse eso perfectamente—me mira con su típica cara de "de buena eres tonta".
—Doscientos doce—grita la empleada del McDonald's y recogemos los que hemos pedido.
—Anda vamos a buscarle—digo mientras ella solo pone malas caras.
Según llegamos a la mesa a la que está Bruno Mara y yo nos sentamos frente a él.
—Gracias Lilith por haber venido tan rápido hoy—hace una mueca de dolor y continua—se que estabais celebrando el cumpleaños de tu amiga.
—De mi novia, Meritxell es mi novia—veo por el rabillo del ojo como a Mara le sale una pequeña sonrisa y la doy con la rodilla para que disimule un poco.
—Eso... De tu... —vuelve a hacer una mueca de dolor y se toca en las costillas.
—¿Porque habías vuelto a casa de tus padres si te maltratan?—la voz de Mara es acusadora y yo me pongo tensa.
—Tenía que tener esto conmigo si o sí—Bruno saca del bolsillo la primera foto que nos hicimos juntos, Mara se la quita de las manos y se ríe porque se que le parece surrealista y antes de que ella diga lo evidente lo hago yo.
—Podrías haber impreso otra.
—No—dice tajantemente—Esta foto me la diste tú en nuestro primer mes juntos.Nos ponemos a comer lo que habíamos pedido y a los pocos minutos de eso, Marcos aparece al lado con nuestra con Meritxell. Ella me besa tan inesperadamente que casi me caigo de la silla.
—Que bonito es el amor—dice Mara.
—Meritxell—ella extiende su mano hacia Bruno para presentarse, pero él no reacciona está pálido.
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Cuestión de dos.
Fiksi RemajaA veces el amor, no es como una se espera, esta es la historia de Lilith y Meritxell.