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Hannah

—¡Oh, pero si están aquí! — exclama mi hermana, exagerando. —Los he buscado por todos lados. Hasta llegué a pensar que me habían olvidado aquí, como aquella vez en la heladería.

Oh si, recuerdo eso. Puede que haya sido un error de niñez olvidar a mi hermana menor de solo cinco años en la heladería. Por suerte ella no se asustó ni se puso a gritar, al contrario, pidió más helado y simplemente había seguido comiendo hasta que volví a buscarla junto con mamá. Jamás lo olvidaré y ella tampoco.

—Claro que no te olvidamos. Nosotros...nosotros, este eh—pienso una buena excusa, pero mi cerebro nervioso no piensa.

—Fuimos por algo de beber. —dice de lo más calmado. —No es fácil andar por ahí de tienda en tienda, Haile.

Mi hermana solo ahoga un chillido.

—¡Fueron a comprar y aun así no me trajeron nada! —emplea un tono exacerbado y aparenta estar enojada. Sonrió.

—Enana, cálmate. Te compraré algo cuando te decidas qué vestido llevar, sino nada. —sentencia dando una mirada a su alrededor poniendo cara de desagrado al ver que Haile aún no tiene planes a irse. O al menos eso cree.

—Si, sí, sí. Ya tengo el vestido perfecto. —señala a su izquierda donde reposa un vestido muy bonito de color negro. —Los buscaba para pagar e irnos.

—Quiero verlo puesto en ti, Hai. —ella asiente con una enorme sonrisa al ver su acierto con la elección del vestido.

—Por supuesto. Me queda de maravilla. El color me encanta y estoy mas que segura que va a combinar con mis zapatos altos que tengo en casa. —ella habla rápido.

—Bien entonces vamos a pagar, enana. —dice Chris dirigiéndose a la caja.

En la caja registradora, la chica no pierde oportunidad de estar dándole sonrisitas y haciéndole ojitos. ¡Séra creída! No le despego la mirada ni un segundo. Sentí como algo dentro de mí se removía haciéndome lucir incómoda, pero definitivamente no eran celos, mi incomodidad aumentó aún más al ver como Christopher —el muy sínico e imbécil— le devolvía de vez en cuando la mirada con una sonrisa. Yo solo podía poner mi cara de amargada para ambos, y déjenme decir que se me daba muy bien.

—¿Eso es todo lo que se llevarán? —pregunta la cajera muy coqueta.

—No, también necesito que agregues esta camisa, por favor. —pide pasándole la misma camisa que había cogido para "probarse" en el vestidor que nos metimos.

Siento el calor inundar mis mejillas hasta mis pobres orejas, de inmediato siento la mirada divertida de Chris, pero no me atrevo a mirarle la cara.

—En total es $69.85 ¿Vas a pagar en efectivo o con tarjeta? —le pregunta a mi primo con una seductora lamida de labios.

Sin remedio, esta juventud.

Saco mi cartera con la tarjeta y hago el gesto de entregársela, en el preciso momento que Chris pasa la suya.

—Tranquila, Han. —sonríe el muy idiota. —Yo pago.

La cajera gustosa le recibe la tarjeta para rosarle las manos mas de lo debido. Mi rara incomodidad vuelve con mas fuerza.

¡Oh, oh!

¡No estoy celosa!

¡No estoy celosa!

¡No estoy cel...carajo si estoy celosa!

—Listo, chicas. —dice tomando las bolsas. —Vámonos.

MI PRIMO Y SUS JUEGOS ||C.V.|| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora