Vueltas y Vueltas; Fuego

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Capítulo 1: Vueltas y Vueltas.
Segunda parte: Fuego.

Lindos conejitos, danzando en las flores

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Lindos conejitos, danzando en las flores...

—¡Corre! —Ryuga y Gina habían sido los primeros en ver cómo el jardín se incendiaba, y como de alguna manera ese mismo fuego llego al orfanato y comenzaba a quemarlo todo. Se levantaron y salieron corriendo, golpeando las demás puertas del pasillo para despertar a todos, una vez la directora se dio cuenta, junto a los demás que ahí trabajaban, comenzó a evacuar a todos.

—¡Ryuto! ¡Natsuki! —Los dos amigos se reusaban a salir, no sin Ryuto, no sin Natsuki. Pero no había rastro de ellos y el fuego se acercaba por el pasillo. Se vieron obligados a correr a la escalera, pero el fuego estaba llegando a esta también, un gran tablón del tercer piso cayó sobre está, quitando tres escalones. Gina reaccionó a empujar a Ryuga, quien cayó unos escalones más abajo pero rápidamente se levantó. —¡Gina! ¡Vamos date prisa!

La pequeña miraba aterrada el espacio vacío, para alguien de mayor edad no habría sido nada, pero con su tamaño se veía como un acantilado.

Vueltas y vueltas, ¡Y a saltar!

—¡Rápido, tienes que saltar!

Vueltas y vueltas,

—¡Tengo miedo Ryuga! -Las llamas se acercaban cada vez más rápido por el pasillo.

El pequeño estiró su mano hacia ella desde el escalón de abajo, aunque esté comenzaba a crujir. —¡Yo te ayudo! ¡Confía en mí! ¡Salta!

¡Y a saltar!

—¡Pero-!

—¡Confía en mí!

¡A saltar!

La pequeña pelirroja, respiro profundamente y corriendo del fuego, salto por sobre el agujero. Rápidamente el otro pequeño le dio la mano y la jalo hacia él, cayendo ambos al pie de la escalera una vez el cuarto escalón se rompió. Ambos se levantaron y salieron corriendo por el pasillo del primer piso, llegando así al patio donde los demás estaban.

La directora contaba a los niños, con gran preocupación, todos los adultos estaban. Pero faltaban aún cuatro niños. Se alivio tanto al voltear y ver a Ryuga y Gina corriendo hacia el grupo.

—¡Por todos los cielos! ¡Qué bueno que estén bien!

—¡Ryuto!

—¿Q-Que?

—¡¿Dónde esta Ryuto?! —Ryuga reclamo.

-N-No... No lo se. Lo lamento mucho, no ha aparecido.

—¡Tengo que volver adentro! -Se dio media vuelta pero Gina lo detuvo.

—¡Ryuga, no!

—¡Suéltame!

Antes de que alguien más pudiera decir otra palabra, el edificio completo comenzó a derrumbarse en sí mismo, hasta que solo quedaban escombros ardiendo en fuego. Fue cuando los bomberos del pueblo finalmente llegaron al lugar.

Una Condena Pelirroja ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora