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Stephanie estuvo volviendo al taller con el pretexto de ver el avance con su moto. Solo había visto a Tony un par de veces y este solo pasaba de su presencia.

Logan vio a la rubia suspirar y bajar la mirada hacia sus manos. Luego siguió la dirección que había estado viendo ella, dándose cuenta que estaba así por su pequeño jefe. Sonrió irónico y negó.

—Tony es un cabeza dura, ¿eh?

—Sí, bueno, no es como si...—Steph alzó su mirada sorprendida, dándose cuenta que había metido la pata.

Logan hizo un gesto con su mano, quitándole hierro al asunto.

—Eres muy obvia ¿sabes? Solo ve y habla con él. Se directa y deja de solo venir a observarlo como si él mágicamente fuera a hacerte caso.

Stephanie sintió su rostro arder. No era una chica que se sonrojara, ¡por Dios! Se puso de pie y salió del taller. Necesitaba aire. Se estaba ahogando en sus pensamientos. Tony la había rechazado pero... O ella era masoquista o simplemente debía aceptar que lo que sentía por el castaño era más fuerte de lo que quería admitir. Se sentía algo molesta porque Logan tenía razón; ella seguía yendo al lugar con el inútil pretexto de saber el avance con su moto, lo cuál no era cierto. Tenía que arreglar las cosas con Tony o no volvería a sentirse tranquila.

Se dio la vuelta completamente decidida a hablar con él, cuando chocó con alguien. Estuvo a punto de disculparse, sin embargo, su boca solo se quedó abierta por la sorpresa.

Tony también estaba sorprendido. Sabía que Stephanie visitaba regularmente el taller y era por eso que trataba de ser cauteloso para no encontrarse con ella. Pero... Tal vez no había sido tan cuidadoso como creía.

—Tony...

—Tengo que...

Tony hizo el amago de irse pero Stephanie lo alcanzó de su brazo, deteniendo su huída.

—Tony... Yo... ¿Podemos hablar?

El mecánico soltó un suspiro y asintió. Se giró enfrentando a la rubia.

Stephanie se mostró ligeramente nerviosa por la mirada tan fija del otro.

—Tony...

—Sí, ese es mi nombre.

La rubia soltó una risita.

—Lo siento.

—¿Por qué?—preguntó el castaño, alzando una ceja.

Steph suspiró con cansancio. Tony la estresaba porque jamás nadie la había hecho pensar demasiado por algún conflicto. Tony siempre estaba en sus pensamientos y de alguna forma, dudaba de cada una de sus acciones cuando se trataba de él.

—Escucha... Estuvo mal de mi parte no contactar contigo. Sé... Sé que tú invitación fue sincera y... Yo...—Steph se talló el rostro con ambas manos, dejando su piel ligeramente sonrojada—. Tony... No deseaba molestarte... Creí que... Creí que nosotros...que quizás tú...

Tony sonrió de lado antes de interrumpir esas torpes palabras.

—No eres buena con tus sentimientos, ¿Verdad?—dijo Tony con algo de diversión—. No tienes qué aclarar nada, yo tampoco tenía idea. De haber sabido que el mapache y tú estaban en una relación, nunca hubiera...

—Espera, espera, espera—detuvo Steph, parpadeando de manera seguida, confundida por lo que estaba oyendo—¿Bucky y yo?

Tony se encogió de hombros.

—Bueno, fue bastante obvio cuando vinieron al taller. Además el siempre tiene esa cara de perro rabioso hacia mi y...

Steph soltó una carcajada. Sus ojos también se llenaron de lágrimas por el ataque de risa que estaba teniendo.

Tony no sabía si sentirse ofendido o encantado ante esa risa que parecía haber desatado un concierto de AC/DC en su estómago.

—No veo cuál es la gracia—dijo él, cuando la risa de la luchadora comenzó a menguar.

Stephanie se limpió sus ojos y negó.

—Es que... Bucky y yo...—ella rio nuevamente pero de manera ligera. Esta ocasión su risa fue corta—. Bucky es como mi hermano. Jamás lo vería con otro tipo de sentimientos.

Tony se sintió idiota, pero nadie podía culparlo, él no sabía absolutamente nada de la luchadora, así que él solo había actuado conforme a lo que vio. Además, ¿Qué más pudo pensar luego de verlos juntos bajando de la misma camioneta? Sin contar el hecho de que el mapache parecía un novio celoso y no un amigo. Bueno, o un hermano celoso.

—Entonces... ¿Por qué no me hablaste? Cuando menos pudiste decirme que no podías o...—Tony ahora se sentía molesto por eso.

Tony se quedó sorprendido cuando Steph le dedicó una mirada desde debajo de sus párpados, una mirada que cualquiera describiría como la de un cachorrito regañado. Su estómago nuevamente se revolvió de una forma agradable.

—Yo... Yo no... Es que creí que... No lo sé... Estaba nerviosa y... No sabía qué decirte... Pensé que... Creí que tú...

Tony le sonrió de manera agradable.

—La invitación sigue en pie si aún deseas... Una tarde entre mortales como nosotros—ofreció Tony, esperanzado, ignorando el tartamudeo de la rubia. No lo diría en voz alta pero, se sentía tranquilo al saber que solo se trató de un malentendido.

Stephanie sintió el peso de sus hombros caer. Sus manos hormigueaban por abrazar al hombre, pero vamos, aún no tenían esa confianza. Solo se habían visto en dos ocasiones y en una de ellas tuvieron un malentendido. En adelante, Steph esperaba hacer buenas migas con él. Estaba emocionada y no podía ocultarlo. ¿Qué era, una adolescente?

—De acuerdo—aceptó ella con una enorme sonrisa.

Bueno, ambos acaban de dar el paso definitivo, aunque ellos aún no lo sabían.

Fanáticos De Las Luchas (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora