Tony era dueño de varios talleres que se encontraban repartidos en la ciudad. Después de que su padre lo desheredara por tener un hijo "bastardo" con sepa cuál mujer que a buenas decidió ir a dejárselo a él, tuvo que emprender por sí mismo en el mundo de los ciudadanos promedio. Y sí, tuvo algunas dificultades al principio, pues ¿qué sabía el de cuidar a un bebé? Pero como buen genio que se respeta, Tony supo adaptarse. Ahora podía darse una vida decente con su negocio, bueno, y a su hijo también.
Ambos eran muy unidos. Tony trabajaba de lunes a viernes como loco para poder pasar el fin de semana con su pequeño. Mientras tanto, su vecina, May Parker cuidaba de él entre semana. Había sido el mejor milagro del mundo el encontrar a los Parker como vecinos.
Así que, como de costumbre, ese viernes cerró un poco más temprano para tener tiempo de pasar por la panadería y llevar esas rosquillas que tanto él como su hijo adoraban.
Después de la pequeña parada, fue directo a su casa. Metió el auto a la cochera, bajó con la bolsa de su mandado y caminó a casa de May. Antes de tocar la puerta, escuchó claramente el bullicio de la televisión y la voz de May y Peter alegando alguna cosa. Sonrió sin poderlo evitarlo.
-¡Tony!-saludó Ben con entusiasmo-pasa hijo, estamos en un momento crítico.
Tony soltó una suave risita y caminó a la par de Ben en dirección a la sala. Peter estaba parado sobre en el sillón gritando un dramático "No", al tiempo que estiraba sus brazos hacía la televisión. Por otro lado, May hacía un gracioso baile, al parecer de victoria.
-¿Qué ocurre?
-¡Pasa que Randy Orton ganó!-gritó May haciendo puños sus manos y alzándolas.
Tony se quedó un tanto extrañado, antes de entender que la mujer se refería a un luchador. En la pantalla se podía ver al tipo sobre una de las esquinas del ring, levantando sus brazos y mirando a la cámara con esa cara de loco poseído que tenían muchos de esos luchadores.
Tony se encogió de hombros y terminó de acercarse a su hijo.
-Vamos, campeón. Es hora de ir a casa.
Peter se abrazó al cuello de su padre mientras este lo cargaba con su mano libre.
-¿Esas son donas?-preguntó Peter al ver la bolsa en la otra mano de su papá.
-Sip.
-Genial-Peter apretó más el agarre sobre su padre a modo de agradecimiento.
-Gracias por cuidar de Peter.
-Oh, no hay problema, Tony-dijo May, haciendo un movimiento desdeñoso con una de sus manos-Nos encanta cuidar de esta criatura.
-Aún así-agregó Tony-, han hecho mucho por nosotros y eso... Bueno, realmente no me alcanzaría la vida para pagarles.
-Sin cuidado, hijo-dijo Ben con una cálida sonrisa-. Eres un gran muchacho.
Tony soltó una risita.
-34 años ya pesan-dijo Tony con gracia.
Todos caminaron a la salida. May y Ben despidieron a ambos Stark desde la puerta y se quedaron observándolos hasta que se perdieron tras la puerta de su casa.
May suspiró.
Ben sonrió y la apretó en un abrazo. Sabía cuánto habían deseado tener hijos, y sabía lo mucho que ella amaba a esos dos chicos. Los Stark habían sido una hermosa lucecita en su oscuridad. Y él, bueno, no negaba que también los quería como si fueran sus propios hijos. O hijo y nieto. Ben sonrió ante eso último.
***
Entonces, de pronto se volvió costumbre pasar la noche de los viernes viendo la lucha libre. Tony se encontró extrañamente fascinado por toda la actuación y lo profesionales que llegaban a ser la mayoría de esos atletas. Sin embargo, algo cambió cuando se dio cuenta que también había una división de mujeres.
Quién diría que a partir de eso, Tony conocería al amor de su vida.
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Fanáticos De Las Luchas (TERMINADA)
FanfictionTony Stark no es amante de las luchas, pero, por alguna extraña razón su pequeño Peter es un gran fanático de ellas, sobre todo, de la lucha femenil.