遅いホップ:OO6

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Jisoo había preparado el día de ayer unas galletas de chispas de chocolate y había guardado unas pocas para Chaeyoung, apenas llevaban unas semanas hablando y ya la consideraba su mejor amiga y dios.

Tenía unas ganas inmensas de abrazarla.

Pero respetaba el miedo de Chaeyoung, cada vez que ésta se intentaba acercar la menor se alejaba, y sus ojos se tornaban llorosos.

¿Qué le habían hecho a su algodón de azúcar?

La sacaron de sus pensamientos cuando vió a Chaeyoung llegar, venía con su cabeza gacha y sus audífonos puestos.

Se levantó de su lugar rápidamente y tomó la bolsa decorada― y que tanto se había esforzado, incluso pegó algunos conejitos y zanahorias―para ir a su lugar.

―Hola Chaeng.― Jisoo se alejó un poco al ver que estaba muy cerca.

―Um... h-hola C-Chu― La mayor vió cómo Chaeyoung temblaba pero no era por ella, ella estaba lo suficientemente lejos.

Chaeyoung temía que si al deshacerse de su padrastro alguien más remplazaría su lugar y la dañaría, no quería que la volvieran a tocar, sin pensar sus lágrimas comenzaron a salir, se sentía débil.

Jisoo notó cómo Chaeyoung agachó su mirada y comenzó a hipar, quería abrazarla realmente quería pero optó por otra cosa.

―Yo hice éstas galletas para ti.― Jisoo se agachó y vió su rostro empapado de lágrimas.―Algunas son en forma de conejitos, es tu animal favorito.

Sin embargo, Chaeyoung no tomó la bolsa, no sabía de lo que estaba hablando Jisoo, ella estaba en sus pensamientos.

―G-gracias Jisoo.

―Chaeyoung.― habló con delicadeza.

―¿Mm?― no levantó su rostro, estaba llorando y probablemente su nariz estuviera roja.

―Haremos algo pero no te asustes, ¿si?― Jisoo dejó la bolsita a un lado de la mesa.

―¿C-cómo q-que?

Jisoo extendió su mano esperando que Chaeyoung la tomara, la cuál negó de inmediato al saber las intenciones de la pelinegra.

―No te haré nada Chaeng.

Chaeyoung con mucho miedo tocó con su dedo la palma de la mano de Jisoo y luego se alejó.

―Te prometí que iríamos cómo los conejitos bebés, vamos.

Chaeyoung asintió y colocó su mano sobre la de Jisoo, dispuesta a alejarla por el toque, pero la mayor la apretó un poco evitando que se alejara.

―No te haré daño Youngie, no lo haré.― Jisoo sonrió al sentir que la mano de Chaeyoung ya no estaba tensa.

Chaeyoung sonrió un poco al ver que no dolía, le gustaba lo cálido que la mano de Jisoo era y no pudo evitar sonrojarse cuándo ésta comenzó a acariciar su dorso con su pulgar.

―E-esto no d-duele― Chaeyoung levantó su rostro sonriendo un poco.

―Nunca te haría daño Chaeyoung, nunca te haría daño.

La menor asintió y se animó a tomar la otra mano de Jisoo para entrelzar sus deditos, sintiendo su sonrojo esparcerse por todo su rostro.

Jisoo sonrió cuando Chaeyoung soltó una de sus manos y miro un anillo que llevaba en su dedo.

Dios, esa tierna chica aceleraba su corazón y ni siquiera sabía la razón.

Dios, esa tierna chica aceleraba su corazón y ni siquiera sabía la razón

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Lentos brinquitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora