Capítulo 13

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-Angie, esto no está bien.- Le dije en cuanto nos separamos para tomar aire. Aún me tenía arrinconada sobre una pared y su man hacía un lento recorrido desde mi abdomen hasta el borde de mis senos, por encima de la ropa. Sinceramente, yo no creía que estuviéramos haciendo algo malo. Al contrario, yo deseaba que ella fuera mala conmigo. Sin embargo, también quería darme mi lugar. Bajó el rostro y depositó varios besos sobre mi cuello. Estaba segura de que dejaría marcas. -Esto está muy bien.- Dijo ella, con la voz ronca. Mis rodillas temblaron y arqueé mi espalda, colocando mis muñecas sobre su cuello y levantando mi pecho. Ella gimió y levantó su rostro, enfrentándome. -No quiero que mi madre nos encuentre haciéndolo en el pasillo.- Dicho esto, llevó sus labios hacia los míos y volvió a morderlos con brusquedad, logrando más que nada, un efecto de placer que más de dolor. Me separé a regañadientes de su boca.

-¿Tu cuarto?- Pregunté con los labios hinchados y necesitados de más. Ella asintió, divertida y tomó mi mano, dejándome para que la guiara. Me apretó contra su costado y después se cambió de posición, abrazándome por detrás. Juraría que sentí su erección aplastando contra mi trasero. Y entonces solté una risita nerviosa. Me giré sobre mis pies y la abracé por delante, evitando que mi cadera rozara la suya. -¿Estás segura de que esto es lo que quieres?- Le susurré en el oído. Tenía que asegurarme de que no perdería mi virginidad con alguien que no lo apreciaría. Ella asintió.

-Es lo que más deseo. Sobre todo si se trata de ti.- Suspiré mientras juntaba mi frente contra la suya, lamiendo la orilla de su boca con mi lengua. Me separé con una sonrisa de payaso poseído sobre mi rostro y la tomé de nuevo de la mano. La arrastré hacia su cuarto, empujando con la cadera la puerta. Angie oyó el golpe y colocó su mano sobre la perilla, batallando para ponerle el seguro. Cuando finalmente logró asegurar la puerta, se abalanzó sobre mí, empujándome sobre la cama. La ayudé a despojarse de su camiseta azul, mientras recorría con las puntas de mis dedos su torso desnudo y bien marcado. Ella acariciaba mi cabello con su mano izquierda y con la otra sostenía su peso, para evitar aplastarme. La tomé del cuello y la atraje hacia mí, solo para después voltearla, y finalmente quedar sobre ella. Me senté sobre su abdomen y sus piernas flexionadas, despojándome de mi ropa en un dos por tres, hasta quedar solo en bragas y sujetador. Me incliné para darle un beso a Angie, mientras ella colocaba sus manos sobre mi cadera, tocando mis piernas, mi trasero, mi vientre, mis pechos... La ayudé a sacarse los vaqueros, mientras ella lanzaba una carcajada al oír el pequeño grito que solté al verla semidesnuda. Mi cara se sentía caliente, al igual que el resto de mi cuerpo, pero no me echaría para atrás.

-¿Eres virgen?- Preguntó dulcemente mientras sus manos acunaban mi rostro. Susurré un "Si" que sonó más como un "uh" y una sonrisa se formó sobre su cara. Atrajo sus labios hacia los míos y me volvió a besar, solo que esta vez con una delicadeza impresionante. No quería quedarme fuera del juego, así que bajé mi rostro y comencé a besar su cuello, a morderle el lóbulo de la oreja izquierda y bajando hacia su pecho. Ella gimió con dureza, provocando un estremecimiento que me sacudió. Subió las manos hacia mi sujetador y desabrochó la parte trasera, provocando que este se cayera. Giró en sí, y ahora yo me encontraba de nuevo por debajo de ella. Colocó cada uno de sus brazos alrededor de mi cara, formando un tipo de jaula alrededor de ella. La miré fijamente, memorizando cada facción de su rostro en mi cerebro. Sus labios hinchados por los desenfrenados besos, sus mejillas sonrojadas y sus ojos de color negro, pero aún así, brillantes. Aquellos hermosos ojos que lograban que mis piernas flaquearan y mi corazón corriera un maratón con solo dedicarme una mirada. Sus perfectos y brillantes ojos que intentaban obtener una vista, aunque no podían ver absolutamente nada. Ni siquiera a mí. Y entonces supe que no podía torturarme de esa manera. Yo quería que ella formara parte de mi vida, y también yo quería formar parte de la suya. Pero no quería recibir una decepción amorosa más tarde. No quería que ella se arrepintiera de gastar su tiempo conmigo, de compartir tantos besos y caricias, si al final de todo, no seria yo la persona con la que ella quería estar. Y ella nunca podría estar segura de lo que iba a hacer con su vida. No aún. No con su autoestima dañado. No con su ceguera. ¿Quién podría asegurarme que ella no tenía una idea equivocada de mí? ¿Y si no soy lo que ella espera? Nunca podría estar segura. Quería su felicidad, de eso no me quedaba duda. Incluso si su felicidad no lograba ser yo. Pequeñas lágrimas saladas comenzaron a escurrirse de mis ojos y sonreí, más feliz y más triste que nunca. Y fue entonces cuando le dije lo que realmente sentía. No quería, ni iba a desperdiciar la oportunidad. Así que fui sincera. -Te amo.-

Corazón ciego | Brangie G¡P (Adaptación) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora