Life After Death and Betrayal {Traducción }

Capitulo 34: las secuelas

las secuelas

Harry y Jasper reaparecieron en el piso de arriba de la panadería. Harry se tambaleó levemente, desorientado. La magia que había usado lo dejaría agotado por un tiempo; había abierto la puerta de enlace entre los mundos, así que no era de extrañar. No solo eso, sino que se había conectado con ambos fantasmas, dándoles suficiente magia para destrozar a Aro y Marcus de adentro hacia afuera. Jasper se aferró a él, evitando que cayera por completo, aún bastante preocupado por su pareja. Sabía que probablemente era lo último que Harry quería; parecía odiar la piedad y la preocupación. Jasper vio y sintió el alivio que emanaba de Andrómeda; ella había estado en una gran cantidad de estrés. No estaba en la naturaleza de Andy dar marcha atrás o irse, pero por Teddy y Harry lo había hecho.

"¡PAPI!" chilló Teddy soltando la mano de su abuela y corriendo hacia Harry a toda máquina. Envolviéndose alrededor de Harry, desesperadamente, sin querer dejarlo ir nunca. Él podría ser joven, pero Teddy no era tonto, había obtenido su inteligencia de ambos lados de su familia. Se había dado cuenta de lo que estaba pasando, y no había estado feliz cuando su abuela se los Apareció. Había querido desesperadamente volver para encontrar a su papá, asegurarse de que no le pasara nada. Sin embargo, no podía, tomó semanas aprender a Aparecerse correctamente, y Teddy se había Aparecido solo por accidente. Aunque no debería ser posible que los niños se Aparecieran así.

"Estoy bien pequeña, cálmate". dijo Harry devolviéndole el abrazo, su mano acariciando su masa de rizos ahora rubios. Teddy adoraba parecerse a él oa Jasper cuando estaban en privado; así es como era. Harry se sonrojó, sin mirar a los ojos de Andrómeda, era la primera vez que Teddy lo llamaba papá. Sabía que su ahijado quería que él fuera su padre, pero eso lo hizo sentir mal. Si alguien debería ser el papá de Teddy, ese era Remus, quien no había sido capaz de ver lo hermoso que resultaría su hijo.

"¿Te gustarían unas galletas, Teddy?" preguntó Jasper en voz baja, agachándose al lado del adorable niño.

Nunca le había importado antes de encontrar a su pareja, aunque podía admitir que nunca había lastimado a un niño o lo había matado. Nunca había estado interesado en ellos, o entendido la obsesión de Rosalie. Eran cositas lentas, descaradas, sucias, molestas y exigentes, por lo que vio. Las rabietas lo dejaban estremeciéndose por dentro, y los niños empeoraban con el paso de los años. No tenían respeto por sus padres ni por lo duro que trabajaban, solo para conseguirles todo lo que exigían. No había querido saberlo, pero Teddy lo había cambiado. Era un niño tan lindo y brillante, y lo quería mucho. Había estado preparado para simplemente aguantarlo, por el bien de Harry. Cómo habían cambiado las cosas, no, no sólo las cosas, él. Había cambiado y estaba agradecido por ello; ya no estaba tan amargado con los humanos o sus vidas.

"¡Sí, por favor!" dijo Teddy cambiando su enfoque mientras caminaba hacia la cocina con Jasper, quien lo ayudó. Tomando el tarro de galletas de la parte superior del mostrador, y se lo pasó. Sosteniéndolo mientras Teddy sacaba algunas galletas, sonriéndole con evidente deleite.

"¿Qué pasó después de que nos fuimos?" exigió Andrómeda tan pronto como la atención de Teddy se hubo desviado.

"¿Hablaste con los demás? ¿Antes de que vinieran quiero decir? ¿Sabes lo que soy?" preguntó Harry. Mirando a Andrómeda pensativamente, preguntándose si tomaría a Teddy y correría, o trataría de hacerle daño por lo que era. ¿Reaccionaría como sus mejores amigos? Interiormente se estremeció ante la idea.

"¿Qué quieres decir? ¿Qué eres?" preguntó ella frunciendo el ceño. Podía decir por la mirada en el rostro de Harry que no iba a ser una simple respuesta.

"¿No te has preguntado por qué no puedo morir? ¿Por qué nunca he envejecido realmente? Ha pasado mucho tiempo". dijo Harry.

"Los magos no envejecen de la misma manera que los muggles, cuanto más poderosos son, menos envejecen. Tienen una vida mucho más larga que la gente normal o los magos y brujas mediocres". dijo Andrómeda con ligereza. "Sobrevivir a la maldición asesina a una edad temprana tiene a todos curiosos. Desafortunadamente, es solo una de esas cosas que nadie entenderá".