1.Quien eres?

793 26 3
                                    


20 agosto 2012


T/N: —Mamá, no me gusta estar aquí—. Hice un pequeño puchero mientras ella acomodaba mi corbata. Tenia que estar presentable para la escuela.


Mamá: —¿Cómo que no te gusta? Corea es una ciudad preciosa. —siguió acomodando mi corbata. — Además, desde que llegamos no has querido salir, ni siquiera a la tienda que está justo frente a la casa. —reprochó.

T/N: —¡Aish! Tienes razón, pero...—mencionaba cabizbajo — ya sabes que odio ser la nueva... no me gusta...

Mamá: —Lo sé, cariño, es por tu bien—. Sonrió suavemente mientras hablaba.

¿Por mi bien? ¿A qué se refería mamá con eso?


8 de julio de 2015


T/N: —¡Mamá! ¿Hoy vas a trabajar?— Pregunté mientras metía una cuchara de cereal en mi boca.

Mamá:—Tengo que trabajar para que no te falte nada, mi niña.

T/N: —Lo sé, pero deberías descansar. Te ves pálida. ¿Estás bien?— Pregunté, un poco preocupada.

Mamá: —Estoy bien, cariño. —dijo con una sonrisa débil. —así que, termina tu cereal rápido que todavía tengo que llevarte a la secundaria. —mencionó con voz mas seria.

T/N: —Tienes razón—. Empecé a comer más rápido.

Al salir de la casa. Miré a mi alrededor, respirando hondo, pero algo en el ambiente me hizo detenerme. Mis ojos se enfocaron en las dos camionetas negras estacionadas justo frente a nuestra casa. No era la primera vez que las veía ahí. Una sensación de inquietud comenzó a formarse en mi pecho.

T/N: —Omma...— dije, entrecerrando los ojos mientras señalaba las camionetas. Ella apenas desvió la mirada de las llaves que estaba guardando en su bolso, respondiendo con un simple "mmh". —¿Te has dado cuenta de que esas camionetas siempre están ahí?

Mamá: —¿Camionetas? —preguntó, con un tono desinteresado.

T/N: —Sí, siempre están estacionadas ahí. Mmh... es raro, ¿no crees?

Un silencio incómodo se instaló entre nosotras. Mi madre ajustó su bolso en el hombro y soltó una risa nerviosa.

Mamá: —No es nada raro. —mencionó con voz seria —Mejor olvídalo, cariño.

La forma en que evitaba mi mirada me hizo sentir aún más inquieta. Algo definitivamente no estaba bien.

Minutos después, llegamos a la secundaria. Bajé del auto y me despedí rápidamente de mamá. Al entrar al edificio, el bullicio de los estudiantes llenaba el pasillo. Me detuve un momento, buscando a mis amigas, hasta que vi una mano alzarse entre la multitud.

Jisoo: —¡T/N! ¡Estamos aquí! —gritó, agitando su brazo en el aire con una sonrisa.

Me acerqué corriendo hacia ellas.

T/N: —Qué bueno que ya están—. Sonreí, sintiendo el alivio de encontrarme con ellas. —Rose, ¿qué estás comiendo? —pregunté, mirando el paquete en sus manos.

Jisoo: —No la molestes—, dijo entre risas. —Dice que está desayunando.

T/N: —¿Eso es desayuno? —fruncí el ceño al ver las papas fritas.

Jisoo: —Rose, ya deja esas papas. Eso no cuenta como desayuno.

Rose: —Pero algo es algo, ¿no? —dijo, encogiéndose de hombros, sin darle mucha importancia.

AMOR PROHIBIDO una narcotraficante y un agente de la DEADonde viven las historias. Descúbrelo ahora