Capítulo 11.

2.1K 147 2
                                    

CHARLES

No pierdas la paciencia Charles. Solo respira y exhala; respira y exhala.

📱—¿Seducirlo?—suelto una carcajada—. Creo que te caíste de un puente, dime donde estás y deja de decir estupideces.

📱—¿Estupideces? si te tuviera enfrente te volaria una mejilla.

📱—¡Hay mil maneras de matar a ese hijo de puta, y tú piensas en seducirlo! ¡Me niego!

📱—Y tú...¿creés que me importa? No se te ocurra rastrear ésta llamada porque fuí becada en una de las mejores universidades y me las ingenie para que no supieras donde estoy. Haré las cosas a mi manera maldito Lombardo, así que calla y aprende a esperar.

📱—¿Esperar?— la llamada se corto—¡Jimena!— tiro el celular—¡Maldita sea, Jimena!

¿Cómo puede esa mujer hacerme ésto?

Tratar de tragarme este coraje, será en vano; estoy llegando a mi límite y si el volcán estalla, no sé de lo que sería capaz por traer a esa tonta mujer de vuelta.

JIMENA

Nadie, nunca nadie me dirá que hacer jamás y, mucho menos Charles Lombardo.

—Imbécil.

°°°

—Una, dos, tres; más de 15 toneladas de droga es lo mínimo que suelo vender casi a diario. Aliarnos fué la mejor decisión, te prometo que no te arrepentirás Jimena.

—Yo no creo que en palabras, sino en actos, Rowan.

—¿Algo debo hacer para obtener un voto de confianza?

—Quiero estar enterada tarde y noche de lo que se mueve fuera y dentro de ésta mansión. Y a cambio yo también estoy dispuesta a ofrecerte algo.

—¿Algo como qué?

Inclino parte de mi cuerpo, susurrando a su oído con una leve sonrisa curvada.

—Placer de mujer— tanteo su pecho logrando meter mi mano por dentro de su camisa, bajando a su pantalón pero deteniendome a raya— pero sin trato no hay recompensa.

Regreso a mi postura.

—Tu dices Rowan.

—Me estás proponiendo ser mi mujer a cambio de entrar al negocio.

—Es una manera amplia de decirlo; a eso me refería.

—Entonces no queda más que hablar mi reina, a partir de hoy formas parte de mi reinado. Estoy rendido a tus pies para acatar tus órdenes, tú solo dime que hago y lo realizo a tu gusto.

—Llevame al lugar donde se cocina la droga.

CHARLES

—Ya cabron— Angelina habla después de minutos de silencio—, me estás hartando, deja de caminar de un lado a otro que hasta me mareas.

—No es para más— ahora una fastidiosa Rose que es la que siempre logra hacerme llegar a mi punto— Está preocupado por el amor de su vida.

—¡Deja de decir estupideces, esa mujer ni me interesa, solo quiero recibir una maldita llamada por información importante!

—No lo creo—Megan—. Suenas como más... más que un hombre desesperado por una simple llamado. Cabron hijo de las mil chingadas, ¿enserio no te gusta esa chica?

—¡Que no!—Miro a todas mis hermanos y a mis padres que están de brazos cruzados— ¡por mí que le den un tiro en la cabeza por estúpida! ¡solo quiero saber si me está echando de cabeza pero nada más! ¡Déjense de estupideces! ¡¿Cuántos veces tengo que decirles que Jimena Martínez es una mujer y común y corriente en mi vida?!

Dulce Infierno [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora