Capítulo 19.

1.7K 130 5
                                    

—¡Puedes pudrirte en la mierda, imbécil!

—Desde hace mucho te hace falta una lección de modales, Lisa — su mirada va por mí —. ¿Y tú, Jimena? ¿Tienes algo que decir?

—Deja el drama y toma tu pistola, disparame. Vamos Rowan, sé que a cabrones como tú les vale todo, que son capaces de matar hasta a personas de su propia sangre. Dicen que a los vivos hay que tenerles miedo, pero para mí ya eres hombre muerto. Te recomiendo dispararme, porque lo que te espera en un futuro no será más que dolor si me dejas vivir.

—Podría dispararte como tú misma lo dices, pero el sufrimiento de Charles no sería tan potente. Entren al auto a Jimena y a Lisa, hay una conversación pendiente.

—Como diga, señor — sus perros hablan al unísono, obedeciendo a los segundos.

—¡Tu reinado es temporal, Rowan! ¡Si alguien acabará contigo, seré yo misma! ¡Vengare a mi hermana y pagarás con lágrimas de sangre!

—Juro que muero del miedo. Si antes una mujer no me lastimaba, mucho menos ahora. ¡Vámonos!

Lisa y Rowan hermanos, no solo es sorpresa mía, también será la de Charles cuando lo sepa, pero como vamos no sé si logré enterarse.

Ya son dos días en los que estoy encerrada en un antiguo garage. Por lo menos estoy con la compañía de Lisa. La pobre no para de temblar. Desde que la conocí imaginé que era una mujer a la que le valía mierda todo, ahora sé que es todo lo contrario.

—¿Quieres hablar?

—Si tuviera un deseo ahora, sería nunca haber sido su hermana — apreta su mandíbula —. Odio tanto a Rowan— no hace falta detalles, como lo dice está claro lo cierto que es.

—¿Qué fué lo que te hizo ese imbécil para que te pongas así? — se niega a hablar, agitando solo su cabeza de manera en la que no me vé —. Lisa escúchame. Si sigues sin hablar, no podré ayudarte. ¿Qué te hizo Rowan? Confía en mí, por favor.

De golpe las puertas que están en la entrada, se abren.

—¿Cómo amanecieron hoy?

Teniendo a sus gorilas trás de sí, él mismo nos deja la bandeja de comida en el suelo.

—Disfrútenlo, deben alimentarse...

Lisa tira la bandeja contra su pecho.

—¡Métetela por dónde mejor te entre! ¡Déjanos en paz!

Su risa es burlona y sorprendida al terminar de escucharla.

—Pues no sabría decirte dónde me entra mejor, pero por viejos recuerdos, sé dónde te entraría a la perfección a tí —rasca su barbilla, llevando la mirada a la intimidad de Lisa.

Ella grita de frustración, de odio, reaccionando con una cachetada, golpe que Rowan regresa sin ver nada por delante.

—¡¿Quieres jugar, no Lisa?! ¡Tu príncipe azul no vendrá a salvarte por si es lo que piensas! ¡Levántame la mano una vez más y te mato de la misma manera en la que acabé con tu padre!

Saliva no me queda para pasar por mi garganta. ¿Qué monstruo es éste?

—Siempre supe que fuiste tú. ¡Era el hombre que nos dió la vida! Me das asco. Nunca he conocido a ser tan despreciable como tú, maldito —retrocede, topandose con una mesa de herramientas.

CHARLES

—¿Noticias de Lisa? — al igual que días anteriores, es la misma pregunta que mi hermano me hace al entrar.

—Su celular está apagado. Como si no fuera suficiente el sufrimiento que tengo por esta lejanía con Jimena. Organice varios grupos de hombres para que buscaran a ambas. Toca esperar información.

—Pareces tranquilo, sin preocupaciones.

—Una cosa es parecer y otra estar. Aparento algo que no es para que nadie me siga destruyendo, pero Rowan es el único que sabe mi punto débil; Jimena— trago las ganas de explotar en lágrimas —. Amor...amor...amor. Lo más estúpido por lo que puede pasar una persona es estar enamorado. Todos dicen que el amor es el sentimiento más hermoso y puro que puedes sentir, pero para mí es una mierda que me destruye y me hace sentir tan miserable. Amar a Jimena es un riesgo que estoy corriendo. Digamos que si le sucede algo, no lo aguantaría. Perder otra mujer en mi vida no soportaría.

—Yo tampoco he superado la muerte de Sasha y Betsy... Y de la misma manera, no imagino dejar de ver a la mujer que quiero.

—¿Te enamoraste de Lisa siendo mi prometida?

—Te pido perdón, pero era tan inevitable no enamorarme de ella.

Dulce Infierno [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora