Encontré a Bruno Madrigal

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Valentina :

Ya había pasado un tiempo desde que llegamos al encanto y la noche especial de Toñito ya era mañana, el tiempo que estuvimos aquí estuve conociendo a fondo el pueblo y a la gente que vivía aquí, realmente todos eran muy amables conmigo y mi familia.

Y lo más importante nuestra relación con la familia madrigal ya era muy buena, estaba feliz de haber logrado estos lazos de amistad en tan poco tiempo, esta era una de las pocas familias con las que llegamos a congeniar tan bien, sin embargo, mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando la puerta de mi cuarto se abrió abruptamente.

-Mija métete a bañar y cámbiate ponte algo bonito - hablo apresuradamente mi madre buscando algo decente en mi guardarropa

-Mamá ahora que - dije levantándome de la cama

-Te conseguí una cita a siegas- dijo emocionada

-Mamá- me queje - ya no tengo treinta para que me busques un novio

- Sin peros, mija ya tienes casi cincuenta y no te has casado - dijo decidiéndose por un conjunto

-Eso no te da derecho a hacer estas cosas - dije encerrándome en el baño

- ¡Es a las cinco, te encontraras con él en la plaza del pueblo apúrate! - con eso salió de la habitación

Suspiré cansada de que mamá me consiguiera estas citas absurdas, ya no estoy tan joven para ir a estas cosas, me duche rápido y me puse la ropa, cepillé mi cabello y cuando estuvo desenredado Salí de la habitación con destino a la plaza del pueblo, y casi saliendo de la casa me topé con Regina.

-A donde tan bonita - dijo dándome una vuelta

-Mamá y sus absurdas citas a siegas -dije de mala gana

-tienes una cita - hablo emocionada - que bien, ven

Me jalo hasta la cocina, abrió uno de los cajones y saco un frasco de esencia de vainilla y me puso un poco en las muñecas.

- Huele igual que un perfume y no es tan caro-dijo sonriente

- Y atraeré a las hormigas - me queje

- Ya vete - se rio y me empujo fuera de la cocina

Salí de la casa y caminé hacia mi destino, en el camino comencé a imaginar al prospecto que había elegido mi madre esta vez, la última vez fue un viudo, para nada gracioso lo peor es que él fue por mucho mejor que todos los anteriores que había conseguido mamá, sin darme cuenta ya había llegado a el lugar, desde lejos lo vi era alto y tenía una cabellera brillante, llevaba consigo un ramo de flores y parecía buscarme con la mirada, antes de acercarme necesitaba saber qué clase de persona era, me concentre en escuchar solo sus pensamientos y bloquear los de las demás personas.

X- si me caso con ella, mis hijos y yo nos olvidamos de trabajar, y con suerte mi nieta pueda tener un don mágico

Era un típico aprovechado al parecer era un divorciado, el cuidaba de sus hijos por lo menos los más pequeños, ni siquiera me tome la molestia de saludarlo di media vuelta y me fui de regreso a la casa, antes de volver a la casa pasé por un poco de pan para la cena. Cuando llegue a la casa me encontré con Julieta saliendo de nuestra casa.

-hola valentina- me saludo- me ayudas con una receta, es para el pastel de Toñito

-Claro yo te ayudo-

Ambas entramos a la casa Madrigal y al momento de entrar me percate de algo, una persona encapuchada estaba entrando por el cuadro, donde entro aquella rata esa vez, parece que julieta no se dio cuenta.

Camilo Madrigal y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora