Renegade: Un punto de vista diferente.

Capítulo 14. La kermés anual.

- ¿Por qué nadie me había dicho que besar era tan maravilloso? De haberlo sabido, lo hubiera hecho antes.

Son las ocho de la mañana y el sol del amanecer está pegando en mi cara, lo cual hace que tenga un gesto fruncido mientras trato de desviarlo cubriendo mi rostro.

Viri, Annie y yo estamos en las gradas de la cancha de Voleibol para ver la participación de Mich en unos minutos, le tocó al equipo de tercer año femenil en ser las primeras en pasar.

Conforme a su participación se sabrá si pasan a la siguiente ronda o no. No tengo dudas de que al menos llegarán a la final. Mich es la capitana del equipo y siempre se ha destacado por su esfuerzo y dedicación.

- Tal vez, será porque ninguna de nosotras ha besado antes Ginny.- Dice Annie.- ¡Dios! El sol esta espantoso, hubiéramos traído gorras.

- ¡He aquí a su salvadora!- Volteamos y vemos que quien nos ha hablado es Mich.- Les traje gorras conmemorativas.- Dice sonriendo.

Y así es. Las gorras tienen una inscripción grabada que dice "¡Vamos terceras!"

- ¿Vamos terceras?- Dice Viri con sorna.

- No se les ocurrió algo mejor, ¿ok?- Responde Mich cruzándose de brazos.- Úsenlas o muéranse de calor.- Dice mientras enseña la lengua.

Todas nos ponemos nuestras respectivas gorras de color blanco con azul para animar a nuestra amiga.

- Te deseo lo mejor capitana.- Digo.

- Rómpete una pierna Bravucona, por favor, no mates a nadie en el intento.- Dice Annie.

- No prometo mucho.- Responde Mich con una sonrisa.

- Tenemos fe en ti Mich, haznos ganar.- Dice Viri.

- Eso haré, pero si gano todas ustedes me compraran un platillo diferente, ¿tenemos un trato?

- Trato.- Contestamos al unísono.

- Bien, antes de que me vaya, ¿hay algo que quieran decirme?

Nos quedamos en silencio y nos miramos entre nosotras.

- Hay algo.- Digo después de un minuto de miradas de suspenso.

- Lo sabía.- Dice Mich.- Las conozco tan bien que se cuándo hay algo importante que contar. Escúpelo, aun me quedan 5 minutos libres.

- Pero tienes que prometer que no gritarás y que eso no afectará tu participación en el equipo.

- Prometido.

Annie y Viri me miran con nerviosismo, yo suspiro.

- Bese a Santiago.- Digo en voz tan baja que solo Mich pudo escuchar.

Mich no grita, no patalea o corre, es más, ni siquiera habla, ha quedado muda, estupefacta, sin vida aparente.

- ¿Mich?- Pregunto.- ¿Estas bien?

- Estoy procesándolo y prometí no comportarme como tonta, ahora, debo ir a calentar. Gracias por estar aquí, hablaremos de eso después.

Mich da media vuelta y se marcha sin más que decir o hacer.

- Creo que le cayó como balde de agua.- Dice Annie.

- Más bien, creo que está reprimiendo sus sentimientos y emoción al escuchar la noticia, ya verán lo agresiva y dinámica que será en la cancha, ahí agotara todas sus energías.

- Espero, o me sentiré muy culpable si no lo hace.

Pasan otros 5 minutos de pases entre las jugadoras de ambos equipos, no es hasta que escuchamos el silbato de la que se supone es el árbitro y así el partido da inicio.