16 de Enero.
Lunes.
15:36 p.m.
Los Ángeles.
Me desperté gracias a la azafata que me aviso que ya habíamos aterrizado. Al bajar del avión me dirigí al auto que estaba esperándome y con el, mi mejor amigo de toda la vida.
El hijo de puta de Alexandre Bernard.
El Idiota está más guapo en persona que en las revistas donde sale que tuvo sexo en la playa, los reporteros no saben qué más inventar. Los años que pasamos separados al parecer le sentó bien, ya que está más guapo.
Ya no usa frenos, ni tiene granos. De echo creo que no tiene ni un maldito punto negro. Lo envidio.
Me acerco a él apenas lo veo. -Hola Lilith, ¿Cómo has estado? ¿Viajaste bien?.-pregunta mientras me abraza y sonríe.
Carajo, tiene una sonrisa hermosa. Creo que no encontraré a alguien más con una sonrisa más perfecta que esta.
-Hola Alexandre. Estoy bien, el vuelo a estado bien. ¿Cómo estás tú?, hace años que no nos vemos.- sonreí emocionada. Hay veces en las que soy fría, pero soy cariñosa con las personas que me caen bien y con la gente que quiero.
-Yo estoy muy feliz de que por fin estemos juntos otra vez.- tartamudeo un poco mientras me sonreía. No a cambiado en lo de tímido y nervioso cuando está conmigo.
-Yo también, Alexandre.- sonreí y lo abracé devuelta. Caminamos hasta el auto negro blindado para dirigirnos al edificio donde se encuentran unos amigos de mi padre, abogados, presidentes del bufet de abogados, empresarios, etc...
Al llegar me bajo y camino hacia la entrada, al entrar voy al ascensor y subo al piso 60 donde se encuentran todos. En el ascensor junto a Alexandre me cuestiono si estoy vestida adecuadamente para verlos. No era tan insegura con mi cuerpo, pero a veces me cuestionaba.
-Estás perfecta, Lilith.- me saca de mis pensamientos Alexandre que al parecer se dio cuenta que cuestionaba mi vestimenta frente al espejo de ascensor.
-Gracias, Alexandre.- suspiré. Las puertas se abrieron dejando ver a todos los presentes que se encontraban hablando, era un bullicio. Nadie se volteo a vernos y la verdad lo agradezco. No quiero mucha atención hoy que digamos.
Me encamino hacia el socio de mi padre, Stefan Smith, el cual lo quiero como mi segundo padre. -¡Lilith!, qué gusto verte de nuevo.- sonrió y extendió sus brazos hacia mi para que vaya a abrazarlo. Recibí su abrazo con una gran sonrisa.
Habían cuatro chicos jóvenes, dos chicas y dos chicos, los cuales estaban hablando con Stefan, que ahora nos están mirando curiosos. -Padre, ¿quién es esta señorita?-
-¡Oh si, se me olvidaba!. Ella es Lilith, la chica del que les hablé.- Stefan sonrió y me acercó un poco hacia ellos con su mano en mi espalda.
Esperen ¿La chica del que les habló? ¿Qué carajos significa eso?.
Esperen otra vez ¿Como que "Padre"? Yo no sabía que Stefan tenía hijos. Qué diablos está pasando aquí.
-Un gusto, Princesa. Soy Hefesto Smith.- sonrió un chico de cabello negro y ojos verdes.
-Soy Eros Smith, Amore mio- me miró con una sonrisa embobado.
-Verónica Smith- extendió su mano en forma de salud y la acepté dándole un pequeño apretón
- Y yo soy Perséfone Smith, un gusto- la rubia me saludó amablemente.
Había notado algo en cada mirada, no sabría decir qué era. Espero no sea algo malo. -Un gusto, Lilith Brown- le di la mano a cada uno.
-Bueno, Lilith. ¿Qué te trae por aquí?- agarré la copa de vino tinto que Stefan me estaba dando con una pequeña sonrisa.
-Necesito tu ayuda.- mencioné seria para luego darle un pequeño trago al vino.
-De acuerdo. Pasemos a mi oficina, por favor.- habló amablemente y con una sonrisa.
- Adiós chicos.- me despedí de las personas que estaban con Stefan.
-Adiós, Princesa.- se despidió Hefesto con un beso en la mejilla y un agarre suave en mi cintura.
-Adiós, Amore mio- Eros me agarró de la cintura con una mano y con la otra mi mano derecha para luego darme un beso en la frente. Sonriendo se despegó para darle paso a Verónica.
-Fue un gusto conocerte, preciosa.- me dió un beso en la mejilla con sus manos en mi cadera.
-Hasta luego, Mi Lilith- Perséfone me dio un beso en la comisura de los labios en forma de despedida.
-Hasta luego chicos.- les di un asentimiento de cabeza en forma de despedida. No van a recibir una sonrisa mía o algo más.
Stefan me guío hasta su oficina para hablar, seguí pensando en esos chicos mientras hablaba con Stefan. Pero dejé de preocuparme ya que no los volvería a ver.
O eso creía.
[...]
Verónica Smith.
-¿Creen que tendremos oportunidad con ella?.- la pregunta de Verónica quedó al aire mientras no dejábamos de ver el camino por donde se fue con nuestro padre.
-Es tan perfecta, tan delicada, tan sofisticada, tan elegante, tan preciosa, tan mía...- Eros estaba en un trance donde no dejaba de decir ese tipo de cosas de Lilith desde que se fue. Tenía una sonrisa tonta en el rostro, su cuerpo y ojos estaban relajados mirando el techo del lugar, lo habíamos sentado por que, apenas se fue Lilith, se le debilitaron las piernas y cayó arrodillado mirando por donde se fue Lilith. No dejaba de murmurar cosas lindas sobre ella.
-Lo perdimos.- mencionó Hefesto mientras tragaba saliva nervioso.
-Porsupuesto que si, incluso cuando vio su foto casi termina así. Era cuestión de tiempo hasta que la conociéramos para que terminara de esta forma.- mencionó Perséfone con algo de burla.
-No me quiero imaginar cuando la bese o cuando se la folle.- reí burlona.
-¿Y cómo estás segura de que terminaremos así con ella?.- cuestionó Hefesto nervioso.
-No lo sé, simplemente, es pura corazonada.- sonreí y tomé un poco de vino blanco.
-Tan mía, solamente mía, tan divina, mi niña, mi princesa...- seguíamos oyendo a Eros murmurar.
-Está muy mal, hay que llevarlo al departamento antes de que corra detrás de Lilith y la espante.- mencionó Perséfone con una sonrisa burlona.
-¿Estás borracha?.- le pregunté sorprendida.
-¿No?.- Perséfone parecía confundida.
-Está borracha. Voy a llamar a Dioniso para que venga a buscarnos.- Hefesto agarró su celular para empezar a llamar a nuestro hermano.
-¿Por qué no conduces tú? Viniste en tu auto.- pregunté confundida.
-Por que creo que también estoy borracho.- mencionó nervioso.
Al parecer, la bienvenida de Lilith nos afectó mucho. Ellos nunca beben demás, siempre se limitan. Pero al parecer, el que Lilith apareciera, les afectó.
-La única que no está borracha eres tú, pero no sabes conducir. Y no podemos esperar a papá por que está con Lilith, y si el aparece con Lilith, Eros se va a lanzar encima de ella como un lobo.- Perséfone empezó a divagar mientras Hefesto llamaba a nuestro hermano.
-La voy a consentir tanto, llenarla de regalos, darle tanto amor, besarla, abrazarla, darle mucho cariño, follarla todos los días sin descanso, complacerla, chuparle el coño hasta que quede atontada.-siguió Eros sin perder su sonrisa.
-Hay que irnos ahora, antes de que hagan una locura como ir por Lilith ahora mismo.- mencioné para luego agarrar a Perséfone del brazo y arrastrarla hacia el ascensor mientras que Hefesto agarraba a Eros.
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Los Dioses De Mi Infierno
ActionSonreí como idiota enamorada viendo como aquellos chicos, los cuales acababa de conocer, estaban asesinando a alguien de la manera más despiadada posible. Mentiría si dijiera que no me eh mojado viéndolos cubiertos de sangre, sangre la cual pertenec...