Capítulo 6.

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17 de Enero.

Martes.

22:36 p.m.

Los Ángeles.

Casa de los Smith.

Eros Smith.

Me encontraba en mi habitación esperando a que terminaran de venir mis hermanos. Después de lo que pasó con nuestra Lilith no podíamos dejar que esos hombre no recibieran su castigo, por lo que, junto a mis hermanos, los que se encontraban en la casa, decidimos llamar a nuestros demás hermanos para contarles lo que le pasó a Lilith. Ellos sabían de Lilith, estaban igual de obsesionados y enamorados como nosotros, no la conocían en persona pero sí la conocían gracias a nuestro padre e investigador. Apenas la conocíamos hace un día y ya habíamos hablado con nuestro investigador para que averiguara todo de ella, nuestro padre por su parte, nos había mostrado una foto de ella en un carrera de hace dos años, pero esa foto nos la mostró unos meses antes de que ella viniera a Los Ángeles y a nuestras vidas.

Desde que supimos de ella hace unos meses, la hemos estado investigando y imaginando todo tipo de escenarios con ella; nosotros en la sala de nuestro departamento junto a la chimenea y una taza de chocolate caliente. A ella le encanta el chocolate caliente. Nosotros viajando de vacaciones, ella en mi cama desnuda mientras despierta después de una noche agitada conmigo o junto con mis hermanos, ella pidiendo más mientras la follo duro y salvajemente, yo masturbándola con mis dedos, o también enterrando mi cara en su coño saboreando su exquisito sabor. Me imaginé tantas veces teniendo sexo con ella, imaginándome a ella completamente desnuda ante mi y diciéndome a mi, a Hefesto, Seth y a Hades el nombre que ella usará para nosotros. Todos mis hermanos y yo teníamos varios fetiches sexuales.

Aparte del sexo, Hefesto y Zeus quieren deleitar la con las comidas y postres que ellos preparan, Osiris y Seth con las esculturas de cerámica que hacen, yo leyéndole y enseñándole mi biblioteca, Dorian y Aurora quieren impresionarla con las obras de arte que hacen, Amón con su inteligencia en la neurocirugía, Lucifer con sus clubes, Hades con sus museos, Dioniso con los juegos de casino, Poseidón con sus carreras de autos, Dominik con las fotografías que toma, Anubis con el cielo y las constelaciones, Ares con las flores y su lenguaje, Verónica con las prendas de ropa que hace, también Aurora quiere impresionarla con sus cines y Perséfone con sus historias.

Salgo de mis pensamientos cuando escucho la puerta abrirse. Es Hefesto. -Ya es hora.- se ve serio mientras entra a mi cuarto para lanzarme mi daga, la había dejado para lavar, al parecer él la lavó para mí. Sabe que me divierto mucho con ella.

-Gracias. Vamos.- me levanté de la cama para salir de la habitación, fui directo al sótano. Ahí se encontraban los cinco estúpidos guardias que dañaron a mi reina. 

Cuando llego, me encuentro a todos mis hermanos preparando sus herramientas para castigarlos por lo que hicieron. Los tarados se encontraban sedados por lo que tendríamos que despertarlos. Lucifer se encargaría de despertarlos y su técnica era muy graciosa.

Agarra las pinzas de electricidad y las pone en los penes de los idiotas que se encuentran cubiertos solamente por unos boxers y atados a una silla. Lucifer se aparta para prender la caja que les dará toques de electricidad, al prenderla los hombres pegan un brinco en las sillas con los ojos muy abiertos y gritando ahogadamente por la cinta que tenían en la boca. Mi hermano apaga la máquina y le quita las pinzas.

Hades se acerca a los imbéciles para quitarles la cinta y luego golpearlos a cada uno. -¿Se dieron cuenta de lo que hicieron?.- les pregunta calmadamente, pero mis hermanos y yo sabemos lo que se avecina.

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