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Mauricio:

Salí casi corriendo de la habitación de Vallolet y me fuí hacía uno de los despachos del rey, esto para que supieran que había pasado la noche traduciendo los documentos.

- ¡Buenos días jovencito!- Dijo el rey al entrar al despacho.

- Buenos días su alteza.- Le dije mientras hacía una reverencia.

- El día de hoy has madrugado ¿Verdad?-

- Sí creo que sí su alteza.-

- El día de hoy tenemos que revisar algunos documentos que acaban de llegar pero antes jovencito tenemos que ir a misa has asistido a la mayoría, ¿Cierto?-

- Sí así es su alteza, pero si es necesario puedo quedarme a revisar los documentos.-

- No, no te preocupes vamos que nos están esperando.-

Durante la misa solo podía buscar con la mirada a la princesa y en ocasiones solo pensaba en lo que había pasado.

La misa concluyó y todos comenzaron a salir, pero como siempre espere hasta que la princesa saliera.

- ¡Buenos días princesa!- Le digo al verla.

- ¡Buenos días!-

- En cuestión de la traducción que necesita puede buscarme en el despacho de su padre para ayudarle.- Dije al referirme al papelito que le había dejado en el reclinatorio.

- Sí por supuesto después del desayuno, muchas gracias.- Me dijo con una sonrisa, ahora sabía que sí había visto el papelito.

Durante el desayuno solo podía ver a la princesa, ella en medio de todo lo elegante sin duda era su lugar, ¿Qué tenía ella que siempre se veía preciosa?

Pensar en que cuando desperté ella me estaba abrazando había sido lo mejor de mi vida, verla dormir me daba tanta paz y no pude resistirme a darle un pequeño beso en la frente.

El desayuno finalizó y regresé al despacho del rey para ayudarle con los documentos.

- Señor Duffort, ¿Podría cubrir a uno de sus compañeros en uno de los salones del palacio?-

- Sí por supuesto ¿A quién?-

- Al señor Lacrew.-

- ¿Le sucedió algo?- Dije al notar que se trataba de Rodolfo.

- Solo está indispuesto y en unas horas más llegarán varias modistas a ver a la reina y a la princesa, el salón debe está en orden y cuidar de ellas.-

- Por supuesto en cuanto termine esto en seguida voy al salón.- Algo me hacía pensar que Rodolfo había inventado eso para darme la oportunidad de ver a la princesa.

Le estuve ayudando al rey con los documentos y después de un tiempo me retire para llegar al salón donde vería a Vallolet.

Pero cuando llegue ella aún no estaba, solo estaban las modistas y algunas personas del servicio.

Estuve en mi formación hasta que entró la reina y después la princesa que al verme me dió una pequeña sonrisa.

Las modistas buscaban nuevos diseños que venderles a la reina y a la princesa, cuando terminaron la reina y una de las modistas salieron de la habitación.

- Tiene mal gusto.- le dije por lo bajo a la princesa.

- Tal vez usted no tiene conocimiento de moda.- La escuché decir.

- Podríamos discutir sobre la moda en la biblioteca si le parece.-

- No me gustaría tener una mal experiencia como ha sido en las otras ocasiones.-

MAUVA (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora