13. La Madriguera

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No podía dormir pensando en porque me había dicho Rose lo de Scorpius.

Algo me había perdido, algo muy importante.

Sabía que Rose no estaba muy feliz con Scorpius, desde el principio ellos tenían un rollo diferente a los demás... es difícil de entender.

—¡Teta!¡Teta!¡Teta!— un vocecita chillona me sacó de mis pensamientos

—¿Qué pasa, guapos?— pregunté sonriendo mirando a mi primo pequeño y a su mejor amiga, Michelle

—Mira lo que te hemos hecho yo y Mich.

Alec me tendió un dibujo con palitos de mí con un texto escrito con letra irregular e infantil: "Para la megor prima del mundo entero"

—Gracias a los dos, me encanta. Lo voy a colgar justo aquí para acordarme de vosotros todos los días.

—Tenemos hambre.

Me sonrieron con dulzura.

—A ver, ¿A quién le apetece un batido de verduras y mocos?

—Nooo— negaron los dos a la vez

—Ya entiendo, queréis un pastel de espinacas.

—Nooooo.

—Venga, venir. Os voy a preparar unas palomitas para morirse.

Quince minutos después ya estaban disfrutado de sus palomitas como si no hubiera mañana.

Los miré sonriendo.

—¿Soy feo?— preguntó Alec

—Sí— respondió secamente Michelle

—Tú también eres fea.

—Ya, pero tú más.

—Quién lo dice lo es.

—El mundo al revés.

—No se vale— protestó ella

—Porque tú lo digas.

—Pues tú eres tonto y feo hasta el infinito.

—Pues tú hasta el infinito y más allá.

—¿Disfrutando de las vistas?— mi primas mayor me susurró a mí lado.

—¡Leah! Dios que susto. Son muy sinceros ¿no crees?

—Demasiado a veces. Pero ahora tienes otros asuntos pendientes. Te vas hoy mismo y aún no veo la maleta por ningún lado.

—Eres peor que la abuela.

—No tengo remedio, lo reconozco.

Subí y me hice la maleta desordenadamente.

Suspiré, cansada. ¿Que se suponía que significaba lo de Scorpius?

Todo estaba yendo tan bien. Mis amigos eran maravillosos y ahora estaban peleados y no sabía ni porqué.

Me sentía impotente.

Alguien tocó a la puerta. Sabía que era la abuela porque nadie más tocaba a la puerta.

—Pasa.

—¿Acabas de llegar y ya te vas, corazón?

—No te preocupes solo voy unos días.

—Tu tío solía decir lo mismo cuando iba a Londres con su pandilla de amigos. Aunque él siempre se quedaba más.

—Yo cumplo con mi palabra. Te prometo que estaré aquí contigo para año nuevo.

—¡Ay! ¡Que haría yo sin mi niña!

—Por cierto, Mich y Alec están abajo dibujando. Deberías bajar y echarles un vistazo.

—¡Estos niños me van a volver loca! Tu padre te está esperándote y no está de buen humor.

—Que raro.— susurré con sarcasmo

—¿Qué decías?

—Nada, abu. Te quiero. Nos vemos en unos días.

Una vez estuve fuera me encontré a mi padre hablando con Maya, una amiga de mi abuela.

—No te preocupes. Me aseguraré... ___, venga que llegamos tarde.

—¿Tú estás segura de querer ir? ¿Dónde vas a estar mejor que en casa?

—Estoy segurísima. ¡Adiós!

Subí al coche sin hablar con mi padre.

—¿Esa gente es de fiar? No lo creo. A mí todo esto me suena a secuestro.

—Venga ya, papá. Ya has hablado con la madre de Albus y el padre de Rose, incluso has hablado con su abuela.

—No me convencen. Tienes que centrarte en tus estudios, no te mando yo allí para que juegues con tus amiguitos. Estas preparándote para un futuro ¿Está claro?

—Que sí. —sabía que si iba por mi padre, precisamente, no era.

El resto del viaje nadie dijo nada. Aunque tampoco fue ninguna desgracia para mí. Mi padre y yo solo hablábamos discutiendo. La única razón por la que no discutíamos tanto era la abuela.

Cuando era pequeña soñaba con la familia perfecta, idealizaba a mi padre. Mi madre solía decir: "Era un hombre maravilloso, te gustaría conocerlo" y decía que estaba fuera por cosas de trabajo.

Más tarde me di cuenta de que mi madre me había mentido rotundamente en la cara. Mi padre nos había abandonado.

Hace 3 años, cuando tenía 8 años, mi padre apareció en mi vida un día, diciendo que lo sentía y todo eso.

Mi madre, como la inocente que es, lo perdonó.

Al principio pensé que por fin tendría el padre que me merecía pero en seguida me di cuenta de lo equivocada que estaba.

Nunca me habían querido decir porque se fue realmente. Aunque también hay que decir que no me importa demasiado.

Entonces mi cabeza, sin aviso previo, fue asaltada por posibles cosas que le podrían haber pasado a Scorp para que lo excluyeran de esa manera.

Creo que me va a explotar el celebro.

Definitivamente me he vuelto loca.

Eso no es mentira. Pero cambiando de tema, tengo hambre.

Oye, tú tienes un trastorno de bipolaridad muy serio.

Bueno, y tú le estás diciendo a tu conciencia que tiene un trastorno de bipolaridad. ¿Me pregunto quién está peor?

—Ya hemos llegado. —me informó mi padre secamente.

Me despedí levemente, cogí mi bolsa y salí corriendo.

Por fin había llegado. Ver aquel lugar. Era como cuando conectas con alguien, pero con un lugar.

Querida, estás majareta. ¿Como conectas con un lugar?

No sé. Era todo tan familiar, tan como seguro.

Pero si eso se va a caer cuando te des la vuelta.

A ver, seguro no es la palabra.

—¡Mira a quien tenemos por aquí!

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Holaa

¿Que os parece?

Siento el retraso y espero que disfrutéis del capítulo tanto como yo he disfrutado escribiéndolo.

Un beso.

Travesura realizada.

914 palabras✍
Publicada: 04/03/2022

Tú entre magosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora