2. Entrando en Hogwarts

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En el tren fui vagón por vagón a ver si encontraba alguno vacio. No habia ninguno completamente vacio. Que palo. Bueno, así conoceria a alguien de por allí. 

Giré a la derecha, allí estaba Fred Weasley y sus amigotes. Eran cinco, el azabache que vi antes, dos rubios iguales, un chico con corte militar y los ojos con un poco de forma asiática y Fred. Miré en el de la izquierda. Justo iba a abrir cuando salió de allí una pelirroja bastante cabreada. 

— ¡James Sirius Potter! Oh, lo siento. 

Se disculpó cuando tropezó conmigo. Y se dirigió hacia el vagón de al lado, hacia el que hablaba antes con Fred.

— Pero si no me ha dado tiempo a cagarla aún.

— Le dijiste a Al....

— Ahh... eso. En mi defensa diré que es una presa muy fácil.

Entonces otro chico salió del vagón de la pelirroja. El chico era más alto que yo por unos diez centímetros. Con el pelo azabache desordenado. En sus ojos verdes se reflejaba miedo. Me miró y con la mano temblándole un poco me la tendió.

— Me llamo Albus Severus Potter.

Le devolví el apretón sin dudar.

— Soy ____ ____. ¿Hay sitio en el vagón?

— Por supuesto.— una tercera voz se nos unió, era de una chica rubia.— Mi nombre es Alice Longbottom. ¡Rose, déjalos! Total no va a disculparse. 

La pelirroja entró en el vagón y Alice me cogió de la mano y me arrastró hacia dentro.

— Tenéis unos hermanos tontos perdidos. Por no hablar de los gemelos o de nuestro primo.

Albus casparreó señalándome con la cabeza. 

— ¡Hola! Mi nombre es Rose Granger-Weasley. Siéntate por aquí.

— ____. Me llamo ____ ____. La verdad es que es mi primera vez con todo esto del mundo mágico. ¿Y vosotros?

— ¿Sabes quienes somos?

— ¿Debería?

Me explicaron todo sobre el mundo mágico y sobre que eran famosos por sus padres. También me contaron que, antes, no se podía llevar a Hogwarts móviles ni ordenadores ni nada, pero sí que se podía llevar mascota. Yo me había querido llevar a mi perrito Nieve, pero a mis hermanitos no les hizo demasiada gracia. 

— Y en el tema móviles, te tienes que instalar esta aplicación.— Rose buscó en su móvil y me señaló una aplicación parecida a Instagram pero llamada "Magosgram"

—Es solo para magos y brujas. Es la red social del momento y encima es la única que Mcgonagall aprueba. ¿Puedo? 

— Todo tuyo.

A mitad viaje oímos unos gritos. Salimos del vagón. Hacia un niño con el pelo platino en el suelo tirado con sangre por toda cara.

— ¿Qué pasa, mortífago? Tu padre, Voldemort, no se va a sentir orgulloso de ti. 

— ¿Qué hacéis?

Les grité a los chicos que le daban patadas al rubio.

James salió de su vagón y miró hacia nosotros.

— ¿Qué coño pasa aquí?

El chico se acercó jadeando y susurró algo como: "Ayudarme, por favor". Le cogí la mano y lo levanté. Uno de los chicos que le pegaban me dijo:

— Déjalo, niñata.

— ¿Qué? Ni hablar.

— ____ tiene razón tenemos que llamar a alguien.

Uno de los gemelos intervino:

— Vamos, Rose y Alice acompañar a Malfoy al vagón de perfectos. Y vosotros no os mováis de ahí.

El chico rodeó con cada brazo a una chica para ayudarle a caminar y se fueron poco a poco.

Yo y Albus nos fuimos dentro de nuestro vagón. 

— ¿Quién era? 

— Scorpius Malfoy. Dicen que es hijo de Voldemort, al que mató mi padre, ya sabes. Dicen que su madre viajó en el tiempo para tener un hijo con Voldemort pero que eso la hizo enfermar. Su madre morirá dentro de nada por una enfermedad y eso no es mito, es verdad.

— Menuda bobada. 

— Lo sé. Son solo rumores, pero no me gustaría ser Malfoy.

Hablamos sobre Malfoy, sobre las cuatro casas de Hogwarts y su familia. Era entretenido hablar con Albus. Alice tocó la puerta.

— Ya está todo solucionado. Y creo que ya hemos llegado.

~~·~~

¡Hola a todos!

Espero que os esté gustando la historia. En el siguiente capítulo ya va a ser todo menos introductorio jajaja.

No olvidéis dejarme vuestra opinión de la historia en los comentarios.

Os quiero

Travesura realizada.

695 palabras✍

Publicada: 02/01/2022

Corregida: 15/01/2023

Tú entre magosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora