Capitulo 24

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Todas las buenas noticias vienen juntas, dice doña Gladys.
Uno de los tantos días en que me moría de aburrimiento en el trabajo, navegaba por el internet, mirando ropa, ofertas y tonteras, cuando ví que se abría un concurso de profesionales para trabajar en Justicia y Paz. Para los que no saben es una rama del ejército y el gobierno para reinsertar guerrilleros, paramilitares, y todo esa gente. "Condena a los malos, persigue la justicia y ayuda a víctimas e inocentes", como lema es bonito pero no es tan así. En resumidas cuentas necesitaban una abogada y justamente yo lo soy, el proceso es bastante aburridor, porque se inscribe online y pasa distintos exámenes hasta llegar a la entrevista, para saber si su ideología puede perjudicar el trabajo. Obviamente existe un camino más corto y es el tener influencias, aparte de no tenerlas fué como un reto personal conseguir el trabajo aunque no tuviera idea de que hacer.
Nadie sabía nada era un secreto oscuro que solo se lo diría al psicólogo para que me consuele si me rechazaban. ¡Estudieeee!!!,....lo que queme pestañas y gane ojeras estudiando día y noche; me desapareci una semana, con la excusa de andar por Brasil, me fui a Toledaima una base aérea secreta en Cundinamarca. Rendir ese examen físico, no es para cualquiera, no señora, a los 2 minutos de iniciado le hubiera robado el fusil a alguno de los soldados para pegarme un tiro, lo único que sentía era dolor. Tarde.... bastante.... Y eso que hago maraton.... Pero lo complete.
El examen psicológico fue sencillo, esa mujer, no tenía esmero en trabajar dijo que yo era apta y capacitada solo añadió que me hiciera un examen de drogas que lo pase sin problemas.
Pasaba el tiempo archivando cosas que a nadie interesaban, cuando recibí un mail, tenía una cita...en dos días, a las 8 de la mañana, en el batallón del ejército dónde tantas veces de adolescente fui con mi papá. Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho pero seguí callando no quería romper la cábala. ¿Han visto frozen? Al parecer el coronel que me entrevisto si, quedó congelado, de una pieza, el mejor puntaje para el puesto de abogado era yo y confirmando mi identidad ser yo era un gran problema. Me dió un montón de vueltas y llamo a otro montón de gentes hasta que llegó el general Villamizar miro los exámenes, me miró de arriba abajo, la hoja de vida todo como con cara de asco hasta que emitió sonido y dijo SE QUEDA... Y ES MI ÚLTIMA PALABRA. Luego me explico que no era algo personal su desagrado, que al contrario se sentía halagado porque conocía como era mi trabajo y de quién era hija pero que debía mantener un perfil imparcial y no demostrar favoritismo, al contrario parecía que me exigía demás.
Llegue a mi casa planee una cena e invite a a todo el mundo incluidos los brasileros por Skype, el nuevo trabajo fue recibido como la noticia de una enfermedad terminal, todos creyeron que era una locura menos dos personas Belky y el dr Santiago, que me confesó está aterrado, muerto de miedo de un retroceso o que me pudiera auto lastimar. Es que ese trabajo es muy duro, no por lo que hay que hacer, por la gente y las historias, a más de un soldado agarre llorando, me tocó conocer el monte pero el de verdad, pueblos pequeñitos, dormí en carpa toda mordida por los mosquitos, convivir con bichos y animales, ¿Yo? Que soy una princesita de ciudad, no joda. Cuando arranque despreciaba hasta la poca comida que por ahí esa gente tenía para ofrecer, luego cansada de aguantar hambre pensaba en manjares exquisitos con los ojos cerrados para no ver lo del plato y devolver, es que ahí les doy un ejemplo por buenaventura me tocó comer cuis, que es como una rata más grande, lo que en la veterinaria llaman cobayo, me sentía comiendo la mascota de mi ahijado. Que asco. El ejército si nos daba viáticos y provisiones que casi todas las veces dábamos a esa gente que a pesar de necesitar tanto siempre nos atendía como reyes, sobre todo cuando el ejército hacía las campañas de servicio de salud, algunas veces lleve de infiltrados voluntariosos a Víctor o Belky para dar una mano, otras hice de asistente pero en cosas mínimas.
Los viajes y la cantidad de días dependían de la distancia, rodeada de puro hombre y algunas soldados, esa gente que me respetaba y cuidaba, pero me faltaba alguito para terminar de ser feliz, conseguirle trabajo a gente querida, Fabiola sería mi secretaria en Medellín, era algo más simbólico y virtual pero mejor pago y con más prestaciones que lo que tenía. Busqué a Cecilia y le ofrecí un cargo un poquito mayor porque debía viajar más seguido conmigo, por supuesto me rechazo, pero no sé si porque vio mis buenas intenciones, por lastima a ella o lastima a mi, me presento a una muchacha veneca que estaba casi recién llegada, con una mano delante y otra atrás, se llama Pirisais, pero nadie le dice así, es la maracucha aunque nunca haya estado ni cerca de Maracaibo. Esa mujer es una guerrera, se le mide a lo que sea, era una ignorante en leyes, en tecnología, en vestimenta, en prácticamente todo, si la vieran hoy ..... Hay cosas que ni con la experiencia de años que tengo me saldrían también, se tiene ganado el cielo y un doctorado, que paciencia para aguantar mi mal humor y soportar oírme quejar de todo. Yo hace rato habría renunciado.

Los Hombres De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora