Capitulo 4

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                                       I
A pesar de todos mis pronósticos, la escuela no era tan mala, era un edificio antiquísimo, de claustros oscuros y húmedos con un inmenso parque lleno de árboles, me recordaba a una iglesia o un convento medieval ¿Tal vez lo fué? Otra cosa que tampoco nunca me interesó averiguar, hay Emilia que poco valor le diste a las cosas buenas.
Siempre fui a una nerd, eso facilito mi paso por la escuela incluso me ayudó a tener amigos que perduran hasta el día de hoy y por mucho que me cueste aceptarlo hasta me acerco a Teo que moría por mi y deseaba seguir mis pasos, seguía siendo un chiquillo latoso pero lleno de ternura.
En un pestañear pasaron 3 años que los viví junto a los incondicionales, Harry y Ronaldo un dúo inseparable bueno para los deportes y las matemáticas, se sentaron detrás de mí el primer día que pidieron que armaramos grupos y ya no nos separamos. Ronaldo alto, pelirrojo y algo flacucho, estudiaba gracias a una beca y a qué su hermano trabajaba en la escuela. Harry hijo de padres ausentes que viajaban más días de los que tiene el año, algo bajito no demásiado, pelinegro de remolino incontrolable y ojos verdes con notas de azul probablemente con más abdominales hubiera sido modelo pero era demasiado nerd para pensarlo. Emma mi querida Emma, la primera sonrisa que ví al atravesar esas puertas gigantes, hablaba mucho y a un ritmo desenfrenado luego descubrí que solo lo hace cuando está nerviosa, físicamente era similar a mi y con el tiempo nos mimetizamos tanto que podríamos pasar por hermanas, no sé lo cuenten nunca pero debo admitir era más inteligente y lista que yo.
Ese era el grupo original, luego se sumaron Georgina, Ginny para amigos y familiares, dueña de un cabello rojizo soñado y un talento para todos los deportes imaginables, era un año más chica que Ron y también su hermana. Era muy decidida de una forma que nunca podré ser. Ella nos presento a su mejor amiga Clotilde de Madeiros y otros cinco apellidos más, heredados de una antigua abuela perteneciente a la corona portuguesa, intentamos llamarla Clo de cariño pero nos manipulaba a qué le digamos Kim nombre que usamos hasta ahora, decía que ningún icono de moda podría llamarse Clotilde que era un insulto al buen gusto, tenía un hermano en nuestra clase Williams, una sola palabra, imbécil.
También estaba Marcos, era rubio con ojos marrones y algo de acné, iba a nuestra clase y a pesar de haberme dado el primer beso, en la escalera azúl junto al laboratorio de química, siempre fue irrelevante, casi invisible, creo que hoy es médico, biólogo o algo así, su corazón se quebró cuando me declare en guerra.
    
                                  II
La vida era rutinaria y aburrida, casa, escuela, casa, escuela, ca..... Pobre Teo mal día para tener dolor de panza, lo encontré pálido, con los ojos rojos y los mocos chorreando de tanto llorar, doña Griselda la directora entre intentos de consuelo me contaba que llamo a mi papá, a la casa, a Raimundo y todo mundo y nadie contestaba, que nunca habían hecho algo similar pero que la salud del pequeño lo ameritaba, que era una excepción sin igual y yo seguía ahí parada junto a mi hermanito enfermo sin entender nada. Habían decidido enviarme a casa con Teo para que lo cuidara a fin de cuentas era su hermana mayor y ya tenía 14. En la casa si había alguien, estaban Roxana y un "amigo cercano a ella", decirles que ví algo comprometedor sería mentirles pero el shock que sufrieron al vernos entrar era acuciante. Mi papá no lo supo hasta días después cuando vino a buscar unas llaves y se encontró en medio de una batalla campal, de un lado aquella vagabunda intentando encerrarme en el baño, en el otro yo gritando desaforada que era infiel y un montón de barbaridades más. La noticia se esparció como reguero de pólvora pero nadie me creyó, el abismo que se generaba entre mi madrina y mi papá se agigantó y ya no me dejaban verla con la excusa de que ella fomentaba en mi la mentira y los chismes. La casa era un campo minado el mínimo paso en falso y explotaría todo, los días seguían pasando inalterables hasta que Teo cansado, explotó.

                                    III

Así como llego, Roxana se fué, ya no como un huracán más bien era una llovizna triste, se llevó al niñito latoso que desde aquel retiro de la escuela me veía como a una superheroina, lo había rescatado de un dolor de panza mortal que a medida que lo contaba era cada vez más exagerado. Se mudaron a casa del "amigo", se llama Borja, es abogado en derechos humanos y su amante, por raro que suene hoy es amigo cercano de mi papá.
Cuando cumplí 15 no hubo fiesta, ni amigos ni pastel, solo un viaje a Colombia, que lejos de ser turístico lo pase entre el hotel y el batallón del ejército, don Beto no pararía hasta cumplir su objetivo obtener el cargo más alto dentro de las fuerzas especiales, ya era capitán y viajaba a capacitar a otros, a países limitrofes, pero su sueño era ser general y eso lo mantenía aislado en la selva amazónica por tres meses, "seleccionando" a los mejores cadetes. Me encantaría decirles que fue un chiste de mal gusto pero la realidad es que en ausencia de mi papá, la serpiente era mi tutora.
Las cosas en la casa estaban tensas, gracias al trabajo de mi papá y su reciente fama, la escuela, el único lugar seguro, comenzó a ponerse horrible.
Mi trayectoria escolar se caracterizó por estar todo el tiempo en el cuadro de honor con Emma, sin caer en la soberbia junto a la palabra excelencia estaba mi nombre, pero ante los ojos del comité y del alumnado seguía siendo la hija de un capitán de policía, sin apellidos, ni fortuna ni alcurnia, para colmo la tropa de elite, como era conocido el trabajo de don Fernández salía a diario en las noticias, acusados de procedimientos dudosos, tortura, y otra lista de delitos que condenaría a perpetua a cualquier ciudadano de a pie, eran asesinos de uniforme, enzañados con los pobres de la favela, una sarta de chacharas que el tiempo demostró que eran ciertas. Esos sucesos repercutian en la escuela y vaya de que manera, el acoso y el bullying eran mis nuevos acompañantes, anónimos en la mochila, en la pizarra, empujones en el pasillo o en los baños, perdí la cuenta de los balonazos "accidentales" que recibía en gimnasia, burlas  y oidas a mis espaldas y Williams..... ufff..... Williams, ya les conté que era hermano de mi amiga Kim, no les dije sin embargó que era hijo de un importante juez, don Antero no era un hombre desagradable pero si muy corrupto y por esa razón su hijo se creía impune, su asignatura favorita era hacer mi vida miserable, se paraba sobre el pupitre con un coro de súbditos a sus pies que escuchaban atentos su perorata acerca de lo bueno que sería expulsarme, que mi papá era un demonio, sobre que era fea o tonta o ambas, que la gente de mi clase no debería ir a un colegio tan noble y etcs. Cada vez que entraba y veía esa escena dantesca deseaba morir, ser invisible o que la tierra me tragara, nunca llore, no por fortaleza o indiferencia solo por puro orgullo aquella imitación de Ken carioca no vería mis lágrimas.

Los Hombres De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora