Capitulo 9

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                                      I
El día de la graduación mi familia entera estuvo presente, hasta la víbora llevo a Teo para que me vea. Recibí varios diplomas por estar en el cuadro de honor, asistencia y otras cosas, doña Griselda lloraba emocionada como si fuera mi madre, Monalisa casi igual, hasta la mamá de Emma estaba emocionada por mí. Llore como boba al abrazar a mis amigos y me abrace a mi papá como no lo había hecho desde que era niña y comenzamos un ritual junto a Teo que perdura hasta hoy, esa noche en la penumbra del balcón del viejo departamento, apoyamos nuestras cabezas  en la del otro, en completo silencio y señal de unión eterna.
Rafael se auto excluyó, una salida con amigos a beber en un finde fuera de la escuela de policía era mucho más atractivo que estar con su hermana.

                                       II
Una bomba nuclear hubiera causado menos estragos que mi elección universitaria, no sé que indignaba más a don Beto si que estudiara abogacía o fuera de Brasil. Gritaba desaforado para una audiencia imaginaria porque en la habitación solo estábamos los dos, ¿Abogada? ¡Primero muerto! Su hija no sería de esa clase de bandidos ¡Corruptos! Manipuladores de la justicia. Eso era culpa de esa escuela de oligarcas, sinvergüenzas, maldita Roxana que lo convenció de meterme ahí.¡Abogacía, abogacía, pura mierda! Termino aceptando, esos pequeños gestos  demostraban que me amaba mucho. Intento convencerme que me quedara en Río, pero allí nunca sería nadie mientras él fuera mi papá.
Colombia.... mmm.... ahora recordando fue el primer lugar a donde viajamos, en aquel momento lo elegimos por comodidad, era un lugar conocido, mi papá iba seguido y relativamente sabía manejarme por Bogotá.
Un mañana me despertó y me pidió que lo acompañe a un lugar, quizás preso de algún delirio místico o de la famosa crisis de los 40, se quería hacer un tatuaje, había elegido un león en pie, altivo y poderoso como él, que una vez terminado era tan real como si fuera a salirse de la piel, lejos del ogro que me iba a cortar la cabeza cuando supo que me acostaba con Williams, me ofreció uno, pequeñito y discreto Emilia, no abuse, todavía es una muchachita y además eso de mujer tatuada es vulgar, opte por dos huellitas como de gato en el hombro izquierdo en diagonal al corazón para que esté conmigo siempre

                                     III
Williams era un fastidio, del amor, al odio, de vuelta al amor, no aceptaba que me fuera, tampoco quería ir conmigo (por suerte) logré disfrutar de mis últimos días luego de acordar continuar con la relación a distancia.
El grupo se disolvió momentáneamente, Emma se iba a Londres, Harry a Estados Unidos, Ron a la universidad pública de Río, mientras Ginny y Kim se quedaban a acabar la escuela.
En todos estos años, con todo lo que pasamos, y a pesar de esa mancha oscura que enturbia un fragmento de mi vida, siempre me trataron igual, con amor, estando con ellos no tengo 35, vuelvo a tener 17 otra vez.

Los Hombres De Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora