Capítulo 3 La Vocación De Lo Inofensivo

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- ¿Y le Rompiste la boca a ese estúpido Alfa?

Zhan asintió riendo, comiendo su último sandwich de queso con aceitunas, su favorito (o al menos eso recordaba). Masticaba lentamente cada trozo, tratando de no sentir culpa al tragar. Aunque este era el que más le gustaba, cada vez se le hacía más difícil comer. No iba a terminarlo todo.

- Sí Jingyu-gege, deberías de haberle visto, quedó hecho una bola de furia, salió maldiciendo a cada Omega que se le cruzaba, ¡Y todo con la nariz rota!

- Joder Zhan, espero nunca pelearme contigo, prometeme que si alguna vez deseas patearme el culo lo harás despacio.

- Claro Gege, claro - el peli-negro sonrió palmeando el hombro de su mejor amigo, dándole confianza - ¿Tienes hora?

- Las 11:15 de la mañana - dijo sacando su móvil, cosa de la cual Zhan carecía. Realmente no le daba importancia a esas cosas, aunque si le gustaría tener una forma de comunicarse con su hermano. Estaba todo el día en el Instituto y él trabajando. Su madre era la única con un teléfono movil de hace más de veinte años, viejo y casi sin funcionamiento.

- Me quedan cinco minutos para mi próximo turno - se alarmó este, guardando todo lo que había sacado de su rota y descocida mochila gris, bebiendo el último sorbo de agua que quedaba en su botella reutilizada - No quiero llegar tarde...

- Zhan, no me has dicho que harás con el dinero que ganaste en el torneo.

- Lo mismo de siempre, le compraré los materiales de la escuela a Fan Xing, compraré los remedios de mi mamá y seguramente termine de tapar las goteras que hay en el techo de mi casa, la tormenta pasada se crearon más y a Fan Xing se le mojaron todos los libros.

Jingyu le miro con una cara dubitativa, frunciendo el ceño.

- ¿Y cuando algo para tí?

- Jingyu, sabes que no me hace falta nada.

Su amigo le miró apenado y sintió una culpa recorrerle el cuerpo. El no había estudiado porque no quería, pero si tenía las ganas podía esforzarse y haberlo hecho, pero la gente como Zhan, que no tenía las opciones y si querían...se sentía mal por no poder aprovechar lo que tenía. Zhan hubiese dado todo por seguir estudiando.

- Zhan, tus estudios. Podrías aplicar a una gran universidad aquí, y antes terminas el nivel secundario. Eres demasiado inteligente para pudrirte en alguna alcantarilla o en este trabajo insufrible. Sé que siendo Omega las cosas son demasiado complicadas, pero venga.

El peli-negro lo miró sonriendo, ya que siempre salía el mismo tema. Seguía siendo menor de edad pero eso no le importaba. No le importaba nada de sus cosas. Sus necesidades o deseos.
Se colocó la mochila al hombro como también su familia.

- Sabes que si presento una petición de beca serán muchos exámenes y no tengo tiempo, tengo que seguir en este trabajo, sabes que no pagan mucho, y también debo entrenar para ganar dinero en las peleas y pagar los estudios de Fan Xing, aunque los tenga parcialmente cubiertos por una beca - con esto, se dirigió a la salida y le dedicó una breve sonrisa a su mejor amigo - Nos vemos.

La conversación finalizó con una puerta cerrándose mientras lágrimas saladas bañaban el cálido rostro de Xiao Zhan.
Con 17 años ya era un trabajador gracias a su mejor amigo Hai Kuan, quien era uno de los hijos del presidente de la empresa. Zhan tenía demasiados conocidos, era una persona cálida y querida, como buen Omega que era. La gente que se tomaba el tiempo en conocerlo sabía que podían contar con él para lo que ellos necesitaran.
La vida era dura para él, trabajar en un mundo regido por Alfas le era difícil.

Todo lo era.

Sin más revuelos se subió al Autobús Público, dejando su mochila al lado del asiento del conductor, junto a sus lágrimas de tristeza, sentándose en este, abrochando su cinturón.

- Bien Zhan tienes el recorrido de las 11:20 - afirmó Cheng, su inspector, quien hacia su aparición por la ventanilla del autobús - Asegúrate de no saltar las nuevas paradas que el Estado agregó ¿Okey?

- Sí, entendido Gege.

- Zhannie, creces tan rápido - suspiró, mirándole por la ventana.

- No digas eso Cheng-gege.

- Es que eres el único Omega que me cae bien, todas las demás lobas se viven haciéndose las divas aquí. Todos saben que yo soy el único rey - dramatizó el Beta.

- Claro que sí Gege, tienes los corazones de todos - Zhan puso en marcha el autobús y se despidió de su mejor amigo, mientras este le lanzaba un beso.

El recorrido de Zhan fue largo, cansador y acalorado ya que el aire acondicionado del autobús estaba descompuesto, cosa que hizo el viaje más pesado para él y todos los pasajeros.
Zhan se aseguró de traer la falsa identificación que su amigo le había entregado en caso de emergencia, nunca debía olvidarsela o estaría muerto, o peor, en la cárcel.

Con la cantidad de atrocidades que le hacen a los Omegas en una cárcel.

Zhan era lo peligroso en persona.

A los golpesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora