Capítulo 5 Entrenando Para Ganar, Ganando Para Vivir

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- ¡Si no terminas las 30 vueltas en menos de cinco minutos juro que mordere tu estúpido trasero! - gritó Chun, usando el tono demandante, cosa que dejó un poco débil y manipulable a Zhan, pero no del todo, ya que en él no hacía efecto pero con el entrenamiento estaba demasiado cansado por lo que incluso el maullido de un gato le molestaba.

- Maldito Alfa... - murmuró, sobándose la cabeza que empezaba a dolerle. Y le dolió más cuando un guante le cayó de lleno en la nuca. Justo el de 14 onzas.

- ¡Te escuché maldito perro malagradecido! ¡Al piso, 20 flexiones, a.h.o.r.a! - gritó mandando aún más a Zhan, quien sin rechistar tuvo que hacer caso y bajar, colocando sus brazos a la altura de la nariz y a la anchura de sus hombros.

- ¡Una!

El peli-negro bajaba rápido, sabía que sí tardaba más, el viejo le castigará de vuelta.

- ¡Diez! ¡Más rápido maldito desagradecido!

Zhan se mordió la lengua y bajó rápidamente todo su cuerpo, siendo sostenido por sus pequeños pero no débiles brazos.
Hasta que, cuando las gotas de sudor chorreaban por su frente, llegó a las 20 malditas flexiones.

- Bien, hijo - dijo Chun, golpeando suavemente el hombro del menor - Lo has hecho bien...¡Ahora sigue trotando hijo de perra!

Zhan murmuró algo casi insonoro. Se levantó del suelo y mandó su cuerpo hacia adelante. Se obligó a moverse, a correr, a mover cada músculo de su cuerpo.
Era difícil entrenar a un Omega. Chun se lo había dicho hace mucho.
"El cuerpo de un Omega es mucho más duro de formar. Naturalmente, no están preparados para esto. Con los Alfas y Betas es distinto. Su cuerpo está lleno de fibra muscular desde el momento que salen del vientre de un Omega. Deberás trabajar duro, hijo. Deberás dar tu máximo todos los días de tu miserable vida, ¿Estas preparado?"

Y Zhan sabía que lo estaba. Sabía que no quería seguir viviendo así. Quizás la naturaleza le habia dicho que sería un Omega, pero la vida exigía otra cosa.
No quería ser un maldito Alfa fanfarrón ni mucho menos un Beta con las miles de responsabilidades que llevaban, ya que se ocupaban mayoritariamente de los cargos a nivel Nacional; un Alfa no podría ni por asomo si por la culpa del lobo estarían peleando al segundo. Terminarían decidiendo un juicio en la calle y con la cara ensangrentada.
Estaba bien siendo el "débil".
Porque en el fondo, muy en el fondo, sabía que no lo era.

- ¿¡A eso le llamas tu trotar?! ¡No levante mi maldito culo de la silla para verte caminar rápido!

Iba a desmayarse. Iba a hacerlo. Pero probablemente el viejo le patearía el trasero hasta que despertase e hiciera veinte flexiónes más.
En este momento, desmayarse no era una opción.
Asi que dió todo de sí, acelerando el paso.
Sabiendo que esta sería la última vuelta.

El entrenamiento físico terminaría.

Sólo el físico.

Los minutos pasaron lentos y vagos. Cada segundo que pasaba, sentía sus muslos debilitarse y las pantorrillas le temblaban. La parte trasera de sus rodillas se estaban endureciendo y Zhan suplicaba por que el calamabre desapareciera rápido.

Chun le dijo una vez.

"Tus caderas, muslos y pantorrillas son la mejor parte de tu cuerpo. Biológicamente estan hechos para soportar más dolor, más peso, más fuerza. Son fuertes. Debes aprovechar eso"

Lo único que quería Zhan en ese momento era arrancárselos.

- Bien hijo, muy bien. Descansa un minuto, iré a preparar las cosas.

Zhan asintió desde el suelo, derribado. Respiró profundo y lo tomó con calma.

Pero un olor inundó su mente. Un olor...

A los golpesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora