12.

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- ¿Cómo que no irás al viaje? - preguntó Alesa-.

- No, no me siento bien y no iré -respondí-.

- no me puedes dejar sola, por favor .-respondió-.

- No te dejaré sola, Sebs irá contigo.-le recordé-.

- Si pero aún no sé qué pasa entre nosotros, por favor ven, no quiero estar incómoda las cosas se han vuelto un poco raras últimamente.

- mmm lo pensaré, yo te aviso.-le dije-.

Pensé en si iría o no, la verdad es que no tenía ganas, aún me sentía mal por lo de mi padre, además, ya varios días habían pasado desde que Milán se quedó conmigo y después de recibir una llamada tomó sus cosas y se fue, no ha escrito o llamado en los últimos cuatro días y a decir verdad no quería topármelo y que las cosas se volvieran incomodas,  

Al siguiente día me levanté temprano, me puse algo cómodo, tomé mis cosas y bajé a desayunar con mi madre.

Llamada entrante...

-¿Qué pasa? - contesté

- vamos, ya estoy afuera

- Te dije que no iría, además no empaque nada - respondí-. 

- Que pasa contigo cariño, ¿estas bien? -me preguntó-

- Hablamos cuando vuelvas -dije y colgué la llamada-

-¿Quieres viajar sola? - preguntó mi madre-

- llegar en autobús me tomaría toda la mañana -respondí- 

- ¿Quién está hablando de autobús cariño, es momento que comiences a conducir sola -dijo sonriendo y entregando las llaves del auto de mi padre.- Además será una gran sorpresa para Ale. 

-Gracias madre .-dije, le di un beso en la frente, tomé las llaves y subí de prisa a mi cuarto, empaqué las cosas que creí necesarias, las guarde en el auto y conduje hasta el campamento.- 

Al llegar vi muchos autos parqueados, reconocí uno, el de Alesa, estacioné el auto de mi padre al lado del suyo, bajé del auto, saque mis maletas y caminé a la cabaña en la que años anteriores nos habíamos quedado con Alesa, al abrir la puerta vi a cuatro personas, Sebs, Alesa, Milán y una chica, era bajita, cabello castaño claro, ojos azules, tan blanca como un papel, todos se quedaron sorprendidos al verme llegar, sobre todo Milán, quien tenía a la chica abrazada por la cintura, su sonrisa se borró en el momento que me vió parada en la puerta.

- perfecto - pensé, lo único que puse hacer fue sonreír. 

Entré a la cabaña, Sebs y Alesa corrieron a abrazarme.

- ¡Cariii que algría que por fin salieras de casa! -chilló Alesa-. 

-Dame eso, yo te ayudaré.- dijo Sebs tomando mis cosas y poniéndolas sobre una cama-. 

- Hola.- lancé el saludo a los dos que se habían quedado parados. 

-Hola, mucho gusto, me llamo Georgine, pero puedes decirme Gigi.-dijo dándome un beso en cada mejilla.- 

- Mucho gusto Georgine, soy Ciara .-sonreí-. ¿estudias aquí? creo que no te había visto antes. -dije-.

- No no, he venido como acompañante de mi novio .-volteó a ver a Milán, Milán solo sonrió.

Mi estomago dolió al escucharle llamar a Milán "su novio" - Genial, pues que disfruten estos dos días.-dije, me giré en dirección a Alesa.- ya vuelvo.- dije saliendo de la habitación.

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