__¿A donde iras, mamá?.
__Espérame aquí, vendré por ti pronto.
Esa fue la ultima vez que escucho la voz de su madre.
Con apenas seis años, Sakura escondió sus pequeñas manos en el abrigo marron que apenas cubría del frio atroz que hacia ese diciembre. Sentada en una piedra al lado del lago congelado, espero por interminables horas a que su querida madre llegara, mas esta nunca apareció.
El sol se oculto, pequeños copos de nieve comenzaron a caer sobre ella volviendo su fino cabello rosa a blanco. Con la cada hora que pasaba, la pequeña Sakura se congelaba un poco mas, y la esperanza de que su madre volviera a por ella desaparecía.
Cuando no hubo mas luz que la de la propia luna llena iluminándola, la niña aterrada y con sus lagrimas cristalizadas, intento levantarse pero sus piernas no respondieron dejándola caer con un ruido seco. Pequeños sollozos comenzaron a salir de ella quien intentaba desesperada ponerse de pie.
La nieve siguió cayendo y con eso las fuerzas de la niña se disipaban aun mas rápido. El frio calaba sus huesos como si de cuchillas enterradas fuesen, no había nada que ella pudiera hacer.
El miedo le invadió cada poro del cuerpo y desesperada por ayuda, grito por la única persona a la que aun esperaba la salvara de morir congelada.
__¡¡Mamá!!. ¡¡Mamita!! ¡¡Ayúdame!!.. ¡¡No te olvides de mi, mamá!!.
Con la poca fuerza que aun le quedaba, intento arrastrarse pero el peso de la nieve sobre su espalda no le permitía ir mas haya, sus manos desnudas comenzaron a volverse negras y ya no podia cerrar los dedos. Entonces, viéndose completamente sola, dejo de moverse... se rindió y acepto su cruel destino, dejando caer su destino espero paciente a que aquel dolor desapareciera.
__Hey niña.. ¿Estas bien?.
La voz de un niño la despertó de repente y como si fuese un resorte, se levanto buscando asustada a quien le había hablado. Sorprendida, miro al pequeño arrodillado a su lado, cubierto por un abrigo negro y un gorro rojo, el pequeño la miraba igual de sorprendido que ella a el.
__¿Quien eres?.
__Mi nombre es Pain, ¿Y tu eres?.
La pequeña lo miro un par de segundos hasta que de alguna forma, se sintió bien, era como muy dentro suyo, supiera que podia confiar en el. Con una gran sonrisa le respondió al mismo tiempo en que se ponía de pie de un salto.
__¡Soy Sakura!.
__Es un nombre muy bonito, y combina mucho con tu cabello__ El niño se coloco de pie y le toco el cabello con confianza. Ambos eran casi de la misma estatura asique a Sakura no se le dificulto hacer lo mismo con el cabello naranja del chico.
__Tienes mucha nieve en el cabello.
__Tu también. ¿Esperabas a alguien?,
__Mi mamá me pidió que la esperara aquí, creo que me quede dormida.
Pronto la mirada del niño cambio al comprender las palabras de la pequeña y una sonrisa triste apareció en su boca. Sakura lo miro confundida y Pain suspiro antes de volver a sonreír con alegría.
__Si quieres, puedo esperar contigo. A veces las mamás duran mas de lo que nos dicen.
__¿Tu crees? Mamá siempre es muy puntual.
__Yo lo se... ¿Que tal si jugamos mientras ella llega?.
__¡Si!.
__De nuevo se encontraron.
__Son grandes compañeros. A veces me duele que solo en la muerte se logren encontrar__ Sentada bajo la sombra de un árbol, una mujer de rubios cabellos miraba a la pareja de almas gemelas que jugaban en el jardín del edén.
__ Deberíamos ir con ellos.
__Déjalos Shizune, tendrán mucho tiempo para renacer, merecen disfrutar de su compañía ahora que han vuelto a reencontrarse en la muerte.
__Tsunade
La mujer de cabello negro comprendió el dolor en los ojos de su amiga. Sakura y Pain eran dos almas jóvenes atadas con el hilo rojo del destino, se supone que deberían de reencontrarse en vida una y otra vez, enamorarse y hacer una familia, vivir una vida normal hasta que la muerte fuese por ellos cuando yacieran de ancianos dormidos en su cama... Era una lastima que la muerte se cerniera sobre ellos muchos antes de que pudieran encontrarse.
Por mas de doscientos años así había sido, lo mas triste es que sus muertes siempre eran días antes de la fecha destinada a encontrarse. En esta ocasión, el pequeño Pain falleció asesinado por su propio padre, y la pequeña Sakura fue abandonada solo dos días después en el bosque por su madre.
__Solo un poco mas.. déjalos ser felices__ susurro con nostalgia Tsunade mirando a los pequeños que corrían de un lado a otro lanzándose bolas de nieve.
Ni siquiera ellas como sus ángeles guardianes podían hacer nada para evitar aquello, y eso es lo que mas dolía.
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SakuraXHarem regalo de San Valentín.
Fiksi PenggemarVolvemos con una nueva y pequeña sección de SakuraxHarem.